Antón Ruanova nunca se rinde

DEPORTES

El atleta compostelano vuelve a competir tras estar seis semanas de baja por culpa de una mononucleosis

26 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Antón Ruanova (Santiago de Compostela, 1986) dice que la «vida dá segundas oportunidades», que él siempre persiguió. Tras abandonar el deporte profesional, «canso de ver como me pechaban as portas do meu soño», regresó al triatlón «con forza e moita máis ilusión». Una beca le permitió trabajar y seguir con su formación en Brasilia. En sus ratos libres empezó a entrenarse y a superar alguna de sus mejores carreras. Casi por casualidad, se le brindó la oportunidad de cambiar la nacionalidad y competir con la bandera brasileña. Así empezó «un camiño sen trabas». Brasil le abrió sus puertas para continuar con su sueño, que dejara aparcado en el 2013. Debutó en el Campeonato del Mundo y peleó con los mejores.

Pero, «cando máis motivado e confiado estaba, un día comecei a sentir fortes doenzas musculares. Só pensei que estaba canso. Lonxe diso, as dores empeoraron e sentín calafríos que na calor de Brasilia só poden significar febre». El triatleta gallego empezó a sentir que estaba tocando fondo, poco antes de la defensa de su título de campeón de Brasil.

Asume que algo no está bien en su organismo, con dolores de cabeza y sin fuerzas en las piernas, que le impiden volver a lo más alto del podio. Entre la cama y el sofá, ya sin fiebre y tras una pequeña, aunque engañosa, recuperación, descubre que un virus le castiga. Sus ganas, su ilusión y su confianza no pudieron derrotar a la cruda realidad.

Más de una semana después de sus primeros síntomas visitó al médico, que confirma el carácter vírico de la infección. Al vivir en un país tropical, por su cabeza al principio pasan nombres de virus raros. Descanso, buena alimentación, hidratación y paciencia. En su primera analítica, los resultados apenas aportan nada extraño, pero su amigo Zigor, el doctor Montalvo, pone en el aire por primera vez la palabra mononucleosis.

Descubrir el nombre del virus supuso un alivio al poner fin a la incertidumbre y ya renunciar definitivamente a la competición, «pois ter que participar nesas carreiras era unha carga que non axudaba á miña recuperación, más ben todo o contrario».

Después de vivir un auténtico calvario durante seis semanas, ya vuelve a entrenar con fuerza y a competir con ilusión, aunque sabe que todavía le queda «un longo percorrido». Entiende que «coa boa saúde, a boa forma chegará axiña e o deporte sempre ofrece novas oportunidades». 

De vuelta al trabajo

Ahora, en Brasilia, lleva algo más de tres semanas entrenando, pero «aínda a un ritmo tranquilo e sen presas» para confirmar con certeza que el cuerpo realmente se recuperó del virus. Acaba de competir en Manaos y fue tercero. «Sei que estou fóra de forma, pero quería probarme e de algunha maneira darme a alta e sentir que podo volver a adestrar forte como de costume», explica el compostelano.

En unos días regresará a Galicia, pues apenas pudo competir hasta ahora. Solo hizo el campeonato sudamericano en Uruguay, en marzo, logrando el bronce. Su objetivo es hacer un buen final de temporada. En septiembre participará en la Copa del Mundo de triatlón de Karlovy Vary y de Huelva y, posiblemente, en la gran final en Róterdam. En mente tiene, también, el campeonato panamericano y la Copa del Mundo de Salinas, ambas pruebas en Ecuador.

Para ponerse en forma, trabajará entre Galicia y Madrid, para a finales de septiembre regresar a Brasilia. Con el bronce del campeonato sudamericano consiguió formar parte de la selección de Brasil e iba a hacer su estreno en Madrid y Cagliari, en junio, «pero non puido ser pola mononucleoses». Su intención a corto y medio plazo se centra en escalar puestos en el ránking mundial, intentar debutar en el Campeonato del Mundo y «seguir gañando experiencia para logo pensar na clasificación para Toquio 2020, que comezará a mediados de 2018». Ruanova pretende situarse entre los 60 mejores del ránking para poder acceder a todas las pruebas mundiales.