La «escombrera» de A Alta

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

DEPORTES

Carmela Queijeiro

El estadio de A Pobra, donde entrena la campeona de España de lanzamiento de jabalina Lidia Parada, acumula desperfectos

13 abr 2017 . Actualizado a las 09:35 h.

«Es una vergüenza. Esto no ha cambiado. Estamos peor que nunca». Estas son las palabras que utiliza Lidia Parada, la actual campeona de España de lanzamiento de jabalina, para definir la situación que viven en el estadio de A Alta, en A Pobra. Ella es la cara más visible de la Asociación de Atletismo e Deportes do Barbanza, entidad en la que también comenzó Ana Peleteiro, campeona del mundo júnior.

«Era una de las mejores instalaciones de Galicia, pero ahora A Alta es en una escombrera», afirma el director técnico del club, Lardo Moure, quien mantiene un pulso con los gestores del Concello de A Pobra. Maquinaria de la brigada de obras, farolas, porterías rotas e incluso duchas de playa circundan la pista de atletismo, donde se encuentra un foso de lanzamiento a punto de derrumbarse. «El responsable de la instalación se jubiló en noviembre y desde entonces no hay nadie que haga el mantenimiento. Viene un empleado de vez en cuando a cortar el césped del campo», afirma Moure, que desgrana que uno de los postes del foso cayó en febrero y nadie se dignó a repararlo.

Crítico con la gestión del gobierno de la Marea local, Moure asegura que no entiende de colores políticos: «Por mucho que digan, le di mucha caña al PP. Los dos primeros mandatos nos llevamos fatal, pero llegó un momento en que nos dejaron trabajar». Mientras habla, el técnico se sube a la grada para mostrar el estado que presenta. Durante una sesión de escaleras, la atleta Ángela Rey vio cómo se derrumbaba parte del graderío: «Se enganchó el pie y sufrió un pequeño esguince. A partir de ahí les prohibí subirse. Aquí hay niños entrenando todos los días».

Moure dirige ahora su dedo al techo para presentar un panorama aciago. Los últimos temporales arrancaron varias láminas, convirtiendo los asientos en terreno vedado. «El cacho más grande cayó en enero del 2016. Ha pasado más de un año y todavía sigue así, a pesar de que hay competición, y público, prácticamente cada fin de semana».

El único espacio que se salva es el gimnasio, que pertenece al club. «Lo hicimos nosotros, con nuestro dinero. Ahí tienes a Lidia, que también tiró del rodillo para pintar las paredes».

Conocedor de los problemas que hay en el estadio de A Alta desde hace varios meses, el regidor, Xosé Lois Piñeiro, aporta su versión. Esta semana empezaron con los trabajos de desbroce de cara a un campeonato que se celebrará a finales de mes. Sobre el estado que presenta la grada, apunta el regidor que «retirarase a parte de uralita máis danada. Non podemos facelo coa nosa brigada, ten que vir unha empresa homologada. Se fose tan fácil, xa o teríamos feito antes. Estará lista antes do 29 de abril. Estamos traballando nun proxecto para valorar se é preciso tirala».

El regidor apunta que ese mismo 29 de abril será límite para que una empresa arregle el foso de lanzamiento, mientras que el problema de la maquinaria no tiene fecha de solución definitiva. «Ata que non teñamos unha nave non hai outro sitio onde gardala. Estamos esperando aos orzamentos».