Reparto de puntos. Un empate que sin duda dejó más satisfecho al Dépor que a un Celta incapaz de aprovechar su superioridad numérica durante 25 minutos. El resultado fue justo y premió la capacidad de los de Víctor Sánchez del Amo anulando el juego rival, sufriendo hasta arañar un punto que deja su salvación un poco más cerca. En cambio, los de Berizzo dejaron pasar una buena ocasión de seguir con paso fuerte en su lucha europea.
La puesta en escena del Deportivo fue la de ese equipo serio que durante la primera vuelta se convirtió en el conjunto revelación. Dominó la posesión muchos minutos, sus jugadores se asociaron con acierto y comodidad y crearon varias opciones de gol, como el cabezazo de Sidnei, el propio gol de Borges, fruto de una excelente acción con la participación de Lucas, Cartabria, Luis Alberto y el tico; y la conducción fallida de Luis Alberto.
Fue precisamente esa acción la que dio paso al golazo de Nolito. Un tanto marca de la casa. Inapelable. Un gol que evidencia hoy en día dónde, a nivel de futbolistas, es superior el Celta al Dépor. Su tropa de ataque atesora tal calidad técnica que puede resolver el partido más complicado. No es que el tridente vigués tuviera ayer su mejor día, pero Nolito marcó el gol y provocó la expulsión de Arribas.
El tanto celeste cambió el rumbo del encuentro. Y la lesión de Lux, que también desconcertó a los blanquiazules en la recta final de la primera parte. Los locales se hicieron con la manija y no la soltarían hasta el final. Dominaron, atacaron, pero nunca mordieron.
El Celta no fue capaz de hacer ocasiones de gol. Apenas probó el temple de Manu. Solo merodeó su área, pero sin veneno y sin ideas. Y en una acción propia de un campo condicionado por la lluvia llegó la polémica expulsión de Arribas, clara para los celestes e inexistente para los blanquiazules. A partir de ahí, el Dépor casi renunció incluso a las contras y se dedicó a defender el empate. Un gran botín dadas las circunstancias.