Un orgullo que sea de los nuestros

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo EL DERBI

DEPORTES

21 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«No me creía demasiado lo de ser primero». Estas fueron las declaraciones realizadas a La Voz por Javi Gómez Noya tras su victoria en el Mundial sub-23 celebrado en Nueva Zelanda. Era el 2003. Han pasado doce años desde que aquel primer gran aldabonazo de una joven promesa en el panorama internacional del triatlón. En ese tiempo, el ferrolano ha protagonizado una aventura maravillosa que le ha llevado a ser el mejor triatleta de la historia, con un dominio a veces tiránico y por momentos heroico.

De alguna forma, el pentacampeonato de Javier es el clímax de una época prodigiosa del deporte gallego. El Siglo XXI ha deparado a Galicia diez medallas olímpicas, repartidas en tres Juegos (cuatro oros, cinco platas y un bronce), varios campeones del mundo y hasta un Tour de Francia. Nombres como Óscar Pereiro, David Cal, Teresa Portela, Perucho, Antón Paz, Fernando Echavarri, Támara Echegoyen, Begoña Fernández, Fran Vázquez... han dejado su huella en la historia. Una huella tan profunda que asusta pensar en el abismo que se nos viene encima cuando la vida deportiva de nuestros ídolos llegue a su final. Varios ya se han retirado. Y otros han entrado en la recta final de su esplendor. Entre todos han regalado a esta esquinita del Atlántico momentos de gran felicidad así como una gran dosis de orgullo de ser gallego.

Pero Gómez Noya, además, no es solo el icono de un ganador. El ferrolano representa también todo lo noble que tiene el deporte. Valores como el esfuerzo, respeto al rival y limpieza acompañan toda su carrera. No solo ha sido majestuoso en la victoria, sino también imperial en la derrota. Un orgullo que sea de los nuestros.