Un lugar en la historia

Raúl Caneda

DEPORTES

07 jun 2015 . Actualizado a las 14:11 h.

Desde que no se permite exprimir el reglamento hasta el límite, tal y como pasaba antes y una circunstancia que Vidal pretendió recuperar al principio de la final de anoche, la calidad se convierte en el único argumento que va adquiriendo peso a medida que el partido va pasando. Sin el control de antaño, que hacía de los partidos monólogos, el Barcelona fue imponiendo la abrumadora calidad de sus futbolistas, pero un gol quizá demasiado temprano desafiló por completo su instinto. Se sentía tan superior, que tardó en reaccionar después de que la Juve encontrase el empate en un momento en el que no estaba haciendo mérito alguno para igualar el marcador.

Al cabo de quince minutos de shock, el Barça fue capaz de recobrar el pulso del gol, que no del juego, con una aparición al galope de Messi y el acierto de Luis Suárez. Así, llevó el partido hasta el pitido final sin el control de antaño, pero con una pegada que solo puede calificarse de exuberante.

De la mano de la tercera Copa de Europa en solo seis años, este Barcelona pasa a convertirse en uno de los cuatro equipos que modificaron para siempre la historia del fútbol, hasta el punto de que da la impresión de que resucita el gusto por la pelota propio de aquel Brasil del 82. Si el Ajax de Cruyff y Michels modificó el sentido de la posesión antes de que el Milan de Sacchi se destacase como capaz de modificar el espacio real de juego para siempre, hay en este Barça aún algo más contracultural.

A fuerza de ser rupturista es tradicionalista, dado que resiste a las agresivas mentiras oficiales disfrazadas de modernas. Ni los datos ni las estadísticas explicarán nunca cómo conjuntar en un solo equipo tal aluvión de calidad, de alegría en torno al balón y de un dominio abrumador de todos los aspectos del juego. Esta maravillosa generación de jugadores devolvió el fútbol al talento y, desde ahí, a un futuro espléndido.

Dar de nuevo el protagonismo del juego a nuevos mitos de este deporte como Pirlo o Xavi, que anoche se retiraron, se revela como el logro más grande de este Barcelona, mucho más allá de los títulos conseguidos, se ha hecho un lugar en un sitio solo para los muy distinguidos: la memoria. Fue capaz de devolver el goce por el juego al que lo practica y sobre todo al que lo contempla admirado. Ese es su mayor logro.

A buen seguro que Sócrates, Cerezo, Falcão o Zico sonreirán viendo que su fútbol después de muchos años no quedó en el olvido. Con este equipo ganador algo los convierte en ganadores a ellos también para siempre.