Dragados y construcciones

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa EL PERISCOPIO

DEPORTES

14 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El vigente campeón de la Champions y el subcampeón vuelven a verse las caras, esta vez en cuartos, en una eliminatoria que rezuma ánimo de revancha por los dos lados. En las filas rojiblancas escuece el gol de Ramos en la final de Lisboa, en el tiempo añadido; en la parroquia merengue, los últimos repasos recibidos en Liga y Copa, con mención especial para el 4-0.

Los dos equipos están prevenidos, se conocen sobradamente y llegan con el colmillo afilado. Llevan el sello de sus entrenadores y son ya tantos los duelos directos entre Simeone y Ancelotti que cabe esperar pocas sorpresas.

El argentino ha armado una nave rojiblanca que tiene mucho de dragaminas y destructor. En sus cartas de navegación es premisa básica desactivar las principales amenazas del rival, sin renunciar al ataque en ningún momento. El italiano piensa más en llevar la iniciativa que en quitársela al adversario. Maneja un acorazado que también puede ser crucero. En su plan de ruta apuesta por desplegar todo ese potencial, pero sufre cuando le toca replegar.

Así se presenta la batalla. Como han sido todas las que han librado el Atlético y el Real con Simeone y de Ancelotti al mando. A uno le interesa más la guerra de guerrillas, al otro un combate a campo abierto. Y la historia reciente dice que en las últimas contiendas ha sido el estratega rojiblanco el que ha marcado la pauta. Incluso en Lisboa, a pesar de que aquel gol postrero de Ramos cambió la historia.

En todo caso, el equipo blanco llega mejor de lo que estaba en febrero, la última vez que ambos se vieron las caras. Ha recuperado al timonel que mejor se maneja en la sala de máquinas, Modric. Y el colectivo da la sensación de estar en un buen tono físico.

Pero la gran clave está en manos de Ancelotti. Si junta una vez más a Ronaldo, Bale y Benzema, y entre ellos tres y la línea que integran Kroos, Modric y probablemente James hay tanto espacio como el que dejaron en la primera parte del partido de Liga ante el Rayo, el Real Madrid puede ir despidiéndose de la Champions. Si consigue que los tres de arriba colaboren en la contención y se muevan cerca de los centrocampistas, como hace Simeone con su tropa, el partido tendrá otro cariz.

En el Atlético de Madrid, la solidaridad se supone, como el valor en la mili. El conjunto blanco es más como los pimientos de padrón: «unhas veces pica e outras non».

Será una batalla de dragados y construcciones. Los dos tienen que hacer las dos cosas. A ver quien encuentra el equilibrio.