El jugador del Alondras Andrés se queda sin poder realizar un viaje de trabjo a la Antártida después de sufrir una fractura en la nariz en el partido del pasado domingo ante el Choco
21 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.«Me dijeron que estaba rota la nariz, que había que operar cuanto antes y que dependiendo de la persona podía sangrar mucho. Lo comenté en el trabajo, me dijeron que no lo veían muy claro y al final llamé al jefe y tomamos la decisión de no ir». Es el relato del parte de guerra de Andrés Giráldez, el máximo artillero del Alondras con ocho dianas ?solo superado por el jugador del Ribadeo Santi en toda la Tercera División? y trabajador del Centro Superior de Investigaciones científicas (CSIC). Como ingeniero técnico industrial tendría que partir este fin de semana hacia Chile para emprender otro viaje a la Antártida, pero el domingo pasado, en el transcurso del Choco-Alondras, recibió un impacto que le llevó al hospital, en donde quedó ingresado en observación, y al día siguiente a pasar por el quirófano. Todavía ayer le quitaron los puntos, por eso se tomó la decisión de que no formase parte de la expedición. Andrés ya ha sido sustituido por un compañero.
Todo, porque los médicos han desaconsejado el viaje. Son muchos kilómetros de distancia y existe un riesgo de hemorragia que no quieren correr para recuperar la nariz del jugador del mejor modo y lo antes posible. El segundo máximo realizador del grupo gallego de Tercera se lo toma con filosofía. «Ha sido mala suerte, tenía organizado todo para irme y ahora me trastoca un poco los planes, pero es lo que hay y toca aceptarlo», comenta mientras precisa que pese al contratiempo no ha tenido ningún problema en el trabajo, sino todo con contrario. De hecho hoy se reincorporará a su puesto laboral en Vigo después de cuatro días de baja.
Sin planes de futuro
Aunque no viaje a territorio austral, por el momento no tiene claro cuándo va a volver a jugar con el Alondras. Tampoco está demasiado animado después del golpe recibido. «Quedé conmocionado, no me acuerdo de casi nada, solo de que le di al balón y el rival me dio en la cara y la nariz se rompió».
Por el momento se va a pasar una semana en reposo y después se replanteará comenzar de nuevo en un club en donde ha sido uno de los referentes en los últimos años y que ha echado de menos sus ausencias cada vez que ha tenido que pasarse por el continente helado. De hecho, lleva dos temporadas haciendo malabares para poder combinar su oficio con la pasión de seguir metiendo goles.
La dureza de compatibilizar el fútbol con la ciencia.