No ponen remedio

Vicente Leirachá
Vicente Leirachá PUNTO DE MIRA

DEPORTES

14 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Ayer, estando las selecciones de Holanda y España a punto de hacer su aparición en el terreno del estadio del Salvador, en mi interior se pusieron en movimiento algunos pasajes, no todos vividos personalmente, pero en gran parte como si fuera un testigo directo. El primero de los recuerdos, aún caliente ahora, nació con la primera jornada (Brasil-Croacia 3-1) y tiene como falso protagonista (falseado con toda intención) al árbitro del partido cuyo nombre engrosará la penosa relación de quienes sabrán por qué eliminan el nombre de un equipo, al tiempo de señalar otro con el honor (?) de vencedor. Lo triste de un mal que sucedía antes, y sigue sucediendo hoy, es la incomprensible indiferencia general, incluidos los responsables de cuidar el orden y buen funcionamiento de reuniones multitudinarias como son los partidos de fútbol.

Creo que fue anteayer cuando aquí se mencionó el caso del árbitro Iturralde (Argentina), en el Mundial de 1982, abriendo paso a España frente a la selección de Honduras a base de penaltis repetidos. No fue un hecho aislado, sino multiplicado en otros Campeonatos del Mundo. Y lo repitió anteanoche el árbitro Nishimura (japonés), hundiendo a Croacia «porque hay que clasificar a Brasil». Lo entrecomillado no se lo escuché a nadie, aunque lo pensaron muchos y, seguro también, que al japonés se lo hicieron ver repetidamente en el vestuario, antes de salir al campo. Tan seguro estoy que pongo la firma.