La vuelta a los orígenes de Miguel Ángel Hoyo

José m. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

El técnico gallego, con la plantilla que entrenará.
El técnico gallego, con la plantilla que entrenará.

Tras 7 años como ayudante en la ACB y uno como director técnico del COB, el técnico coruñés comienza su aventura en el modesto baloncesto guineano

02 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Quería entrenar. Después de siete campañas como ayudante en la ACB, en el Breogán y en el Granada, y una temporada como director técnico del COB, a sus 39 años el gallego Miguel Ángel Hoyo necesitaba volver a intentarlo. Lo ha conseguido, aunque a 6.000 kilómetros de su casa y en Malabo (Guinea Ecuatorial), un lugar en el que el baloncesto se entrena al aire libre y para los partidos oficiales se comparta pabellón con otros siete equipos. «En España no era fácil, por la disminución de equipos, y, según varios clubes con los que hablé en verano, de LEB Oro, porque me faltaba experiencia de primer entrenador», reconoce con cierta resignación, pese a una dilatada experiencia al lado de técnicos como Moncho López, Moncho Fernández, Sergio Valdeolmillos o Trifón Poch.

Entrenar al aire libre

Desde hace un mes dirige los destinos de los Malabo Kings, un club que trata de dar un paso más hacia el profesionalismo y en el que se ha encontrado «ilusión y ganas de trabajar. Querían gente que les ayudara a crecer y aquí estoy, intentando también crecer yo como entrenador». Pocos medios -«no es un problema entrenar al aire libre, ahora ha acabado la época de las grandes lluvias»-, aunque el calor (por encima de los 30 grados) obliga a aprovechar la primera hora de la mañana, de siete a nueve, y la última de la tarde. «Está claro que los medios son pocos, pero es una situación a la que hay que saber adaptarse, y hay dos opciones, quejarse, en la cual no creo, o trabajar con lo que tienes. Ahora hay que ver cómo podemos mejorar como club, con material que podamos comprar, un despacho de trabajo... pero poco a poco, porque yo conocía cual era la situación inicial. Soy yo el que debe adaptarse a los medios, no ellos a mí».

Doce jugadores y un balón

«En la pista tengo 12 jugadores y un balón de baloncesto; pues con eso es suficiente para entrenar», afirma ilusionado porque por fin tiene ante sí el reto de plasmar sus ideas en un equipo que quiere ganar la liga, «y al final, da igual la liga que juegues, es un reto difícil; nadie gana una liga por tener un entrenador español, o por tener a determinado jugador». La condición de excolonia española también ayuda. El idioma oficial es el español, aunque en el equipo cuenta con 2 jugadores de Camerún, uno de Malí y otro de Gabón, todos francoparlantes. ¿Norteamericanos? Impensable. El grupo, que en su primera toma de contacto llegó a ser de 18 jugadores y 3 balones, se ha reducido a doce, con los que afrontará una competición que se desarrollará desde enero hasta junio. Ocho equipos de Malabo, de los que los cuatro primeros jugarán play off con los cuatro primeros de la Guinea continental.

Tras cuatro semanas se pretemporada, con algunas jornadas de tres sesiones de entrenamientos, se muestra satisfecho por el recibimiento y por sentirse valorado. «El año pasado entrenaban 2 o 3 veces a la semana; y este año en dos días entrenan más que eso», pero la adaptación ha sido excelente. ¿Y a la vida cotidiana: «No es muy diferente a estar en otra ciudad. Del entrenamiento al despacho, ver vídeos, trabajar en cosas del equipo y a casa? Realmente, es distinta para mi mujer, que me ha acompañado, y llega nueva a un sitio donde no conoce a nadie, y en una isla no excesivamente grande. Aunque el idioma y haber sido provincia española hace que sea más fácil que en otros países africanos».

Supermercado español

Un supermercado de propietarios españoles le surte de productos de la península -«eso sí, muchos congelados»-, pero ya ha tenido tiempo para tomar contacto con la comida local - «muy condimentada con especies locales picantes»- y en último caso, «en Malabo existen restaurantes de todo tipo, de rodicio, pizzerías?».

No es la primera vez que ha tenido que pasar las Navidades fuera de su casa -«en la ACB hemos tenido que entrenar muchas veces el 25 de diciembre o viajar el 1 de enero»-, pero sí lejos de la familia. «El día de Nochebuena fuimos un rato a la playa. Se hace extraño, escuchar las olas de frío en España, y aquí no miras que día hace, estas siempre en manga corta».

Poco Internet y sin televisión

Un mes después de su desembarco en Malabo, es feliz porque se siente entrenador a seis mil kilómetros de su casa, se ha habituado a un ritmo de vida distinto y a las condiciones de trabajo de un baloncesto que da sus primeros pasos, con pocos medios; no añora la comida y trata de adaptarse a unas Navidades distintas. Pero, eso sí, Miguel Ángel Hoyo, un activo e interesante bloguero, fiel seguidor de las redes sociales y un apasionado del deporte de la canasta echa de menos la lentitud de Internet -«solo puedo ver resultados y estadísticas, pero no partidos»- y la televisión vía satélite para seguir varias ligas europeas, incluida la ACB. Eso llegará con el nuevo año. Será el mejor regalo de sus primeras Navidades tropicales.

miguel ángel hoyo entrenador gallego de los malabo kings