Podría haber sido mejor, pero el deporte gallego está a unos días de clausurar la década más brillante de su historia. Diez años atrás era impensable pensar en podios olímpicos o en campeones del mundo, y muchos menos en revalidar títulos. En el recuerdo, los futbolistas de Amberes, un par de palistas y Fernando Romay. El 17 de septiembre del 2000 Galicia se despertó con el descubrimiento de un joven que honraba un deporte tan prometedor como él mismo. Iván Raña acababa de cumplir 21 años y el triatlón se estrenaba en unos Juegos Olímpicos. En Sídney firmó un quinto puesto después de pelear por el podio. Un símbolo de lo que se avecinaba y un punto de partida para una comunidad que en el 2012 tiene la posibilidad de presumir del deportista español con más metales olímpicos.
A rebufo del polifacético Raña -también se ha aventurado con el ciclismo profesional y con el automovilismo-, el triatlón gallego es el más potente de España y tiene en Gómez Noya a un doble campeón del mundo con opciones de oro en Londres. David Cal, Perucho y Teresa Portela son los mejores piragüistas españoles. Los dos primeros, medallistas olímpicos; Portela colecciona medallas en todas las grandes citas. Así, al abrigo de los últimos éxitos, Galicia se ha fabricado su propio nicho de éxitos. Triatlón, piragüismo, vela y taekuondo tienen serias opciones en Londres 2012.
En los últimos diez años, Fran ha conquistado la Liga y la Copa del Rey; el ciclismo gallego, que nunca había ganado una etapa en el Tour, exhibe un triunfo absoluto, aunque a Óscar Pereiro se le privara de pasearse de amarillo por los Campos Elíseos; y un gigante, Fran Vázquez, ha tenido, y todavía conserva, la posibilidad de debutar en la NBA.
Jonathan Barreiro, Patricia Carballo, Beatriz Gómez, Katia Calvar, Lara Lagoa o Jorge Casales ya piden paso. Su futuro es responsabilidad de todos.