Con licencia para correr

Alberto Teijeiro TABOADA

DEPORTES

FOTOS: ALBERTO LÓPEZ

El piloto gallego, campeón de España de ralis del Grupo N, apuró las líneas maestras de la nueva campaña en las carreteras de Taboada

18 mar 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

Hay quien se pasa toda la vida encadenado detrás de un despacho. En cambio, un pequeño grupo de elegidos se aferran a la idea de dejar los problemas sobre el asfalto, a todo gas. El gallego Pedro Burgo encabeza esa lista de privilegiados. Embarcado en su enésima aventura impregnada de gasolina, el piloto lucense traza estos días las líneas maestras de una temporada que está a punto de dar el pistoletazo de salida, dentro de una semana en Alicante. Un redactor de La Voz compartió ayer las pruebas que Burgo, con los permisos correspondientes, realizó en las proximidades de Taboada. El piloto de Mitsubishi defiende el título nacional de ralis en el Grupo N. La empresa se antoja de nuevo complicada, dada la extrema competencia que tendrá en la categoría, con rivales de la talla de Chus Puras, con un presupuesto que cuadriplica al vigente campeón. Detrás de él, una legión de hermanos de las cuatro ruedas, volcados sobre la maquina japonesa. Subir al minúsculo habitáculo de competición es la prueba de fuego para cualquier neófito en la materia. Dentro de la cabina, la sencillez de los distintos circuitos eléctricos es la norma. Los cuatro anclajes que unen a los ocupantes en simbiosis con el automóvil son la prueba directa de que el manejar los casi trescientos caballos del monstruo no se trata de un juego de niños. El casco, elemento imprescindible de seguridad, se convierte en el cordón umbilical entre el piloto y la voz en carrera. Las sensaciones desde el despegue inundan la mente de pensamientos contra los allegados del dueño del volante. El motor es de una explosividad tal que el paso por una curva se convierte en un auténtica marcha triunfal. La trasera del automóvil se retuerce como una lagartija sin cola en busca de la estabilidad idónea en las serpenteantes carreteras de Taboada, todo un test para la puesta a punto de la nueva suspensión. La llegada a boxes se aproxima y allí esperan el triatleta olímpico Iván Raña y Ezequiel Mosquera, ciclista profesional del Karpin Galicia, que también probó en primera persona las vicisitudes por las que pasa un competidor de ralis. El cuerpo se encoge como cuando subes a una de esas atracciones de caída libre. -¿Damos más marcha? No hace mucha gracia escuchar eso a casi 150 kilómetros por hora, en zonas en las que en tu humilde utilitario irías mirando al tendido con dos dígitos en el velocímetro. Los cambios bruscos de marcha, el ruido y la brutal potencia de salida, ya que el coche tira con revoluciones muy bajas, dejan perplejo al que se mete en un automóvil de estas características. A esta velocidad de vértigo, la adherencia es espectacular. Vas muy abajo, como rozando el suelo y la suspensión es tan dura que parece que vuelas sobre una tabla. La principal novedad del grupo N este año es la utilización de la llanta dieciocho . Burgo abrirá la temporada en Alicante. «Llegamos algo faltos de forma, porque no hemos podido realizar ninguna carrera antes. Intentaremos hacerlo lo mejor posible», señala tras despojarse del caso y sentir el alivio de su efímero compañero de periplo.