El Dépor se cierra otra puerta

La Voz

DEPORTES

Los errores defensivos y la falta de gol, cóctel fatal ante el Olympiacos. Los coruñeses se quedan en Grecia sin Liga de Campeones ni Copa de la UEFA.

23 nov 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

El Deportivo certifica su muerte en Europa tras perder ante el Olympiacos (1-0), lo que se suma a la derrota del Liverpool ante el Mónaco (1-0). La derrota en Grecia deja sin opciones a los blanquiazules, que ni siquiera podrán beneficiarse de una carambola para continuar en la máxima competición continental. El Dépor se queda abocado al cuarto puesto en su grupo, lo que le impedirá además acceder a la Copa de la UEFA, un derecho reservado exclusivamente al tercero de la liguilla. Es la primera vez que el Deportivo se ve apeado de la Liga de Campeones en la primera liguilla. Hasta la fecha siempre había superado este primer escollo, lo que supondrá un golpe tanto deportivo como económico para el club. Javier Irureta regresó al 4-2-3-1 con matices ofensivos tras su exitosa experiencia en Villarreal (Scaloni, único mediocentro y Fran por delante). Las ganas blanquiazules aderezaron una fórmula que resultó suficiente para contener a un Olympiacos que también quería el partido. Hasta que los griegos descubrieron casi sin querer que a este Dépor se le calla corriendo. Y Romero y Manuel Pablo siempre lo hacían detrás de Okkas y Djorjevic, nunca por delante. Tras el breve margen de adaptación a campos griegos pertinente (que, por cierto, aprovechó el Olympiacos para dar un par de sustos al deportivismo), el partido se convirtió en un interesante vaivén de oportunidades, aunque las más claras llevaban la firma en caracteres helenos. Del lado local, Okkas se las vio con un acertado Molina; Kafes, con el larguero y Rivaldo, con la ética (se sirvió de un codazo a Scaloni para crear una ocasión tan clara que sólo el meta coruñés sabe por qué no fue gol). Mientras, los de Javier Irureta buscaban insistentemente a Luque, aunque olvidando las bandas, por lo que el catalán se pasó casi diez minutos sin recibir un balón en condiciones. Prácticamente durante toda la primera parte se prolongaron los tirones de fútbol. El Olympiacos comprendió que ladraba más que mordía, y el Deportivo no lograba traducir en peligro las jugadas que tanto esfuerzo le costaba armar. De hecho, los empujones blanquiazules fueron a menos debido a la reiteración de los errores en la construcción del juego. Sin un dominador claro interrumpió el descanso un encuentro entre dos equipos que buscaban el gol por caminos diferentes e igualmente desacertados. La rapidez de Luque era el único argumento blanquiazul y, como por mímesis, los rojiblancos optaron por insistir en la velocidad y los pases interiores, visto el buen resultado que les daba enviar el balón por el centro de la zaga coruñesa. Así las cosas, Irureta y Bajevic enviaron a sus pupilos a pensar al vestuario. A pensar en que se superó bien la falta de descanso, la presión de ganar y el ambiente hostil, pero también en que sólo faltaban 135 minutos para marcar el primer gol en Europa de esta temporada y también en si tanto esfuerzo en una Champions moribunda merece la pena. Con la mente en estas y otras muchas cuestiones universales debieron regresar al césped, porque el panorama no cambió, Valerón se diluyó y nadie asumió la responsabilidad. Para colmo, Saviola le marcaba al Liverpool al filo de las diez de la noche y comenzaba a eliminar al Dépor. El pasillo del centro del campo y la defensa que permitió la entrada de Djorjevic hasta la cocina para el uno a cero lo remataron a falta de veinte minutos. La reacción del banquillo llegó demasiado tarde, incluido posiblemente el cambio de esquema sobre el terreno de juego, el Olympiacos ganó su tercer partido en casa y el Deportivo aún no ha conseguido marcar en la Champions.