El entrenador del Real Madrid afirmó que daría a Maldini el Balón de Oro en detrimento de los ocho candidatos de su equipo
20 nov 2003 . Actualizado a las 06:00 h.Con el merengue hasta el cuello. Hasta ocho respuestas correctas podía brindar Carlos Queiroz ante la pregunta «¿A quién daría usted el Balón de Oro?», formulada por el diario italiano La Gazzeta dello Sport. Haberse decantado por Ronaldo, Beckham, Figo, Casillas, Salgado, Zidane o, sobre todo, Raúl y Roberto Carlos, habría estado acorde con el espíritu de club que propugna Florentino Pérez. Pero el entrenador portugués del Real Madrid optó por dejar caer una bomba. «Se lo daría a Paolo Maldini, por lo que ha hecho el último año y en toda su carrera. No es sólo un campeón, sino un ejemplo para todos», espetó el luso. A pesar del sorprendente desliz, no es la primera vez que en la casa blanca se barre para afuera. Hace dos años, Iker Casillas sufrió los rigores de la disciplina interna del vestuario al apostar ciegamente por el inglés Michael Owen (que terminó ganando el trofeo) en lugar del eterno candidato Raúl. César se ganó el puesto en un buen número de partidos esa campaña, incluidos la final de la Liga de Campeones de Glasgow y la de la Copa del Rey ante el Deportivo en el Bernabéu. El entorno merengue asegura que Del Bosque le pasó factura por su falta de compromiso colectivo, a instancias del capitán e íntimo amigo de Raúl, Fernando Hierro. En la entrevista concedida al diario italiano, Queiroz también se explaya en otros asuntos de actualidad. «Nosotros debemos ser galácticos sólo para los otros. No somos perfectos y, si en verdad nos considerásemos galácticos, resultaríamos presuntuosos», afirma. «La diferencia entre el Manchester y el Real Madrid atañe a la mentalidad de los dos países, a cualquier nivel. También el United es un grandísimo club habituado a ganar, pero en Inglaterra cuando se pierde se aplaude al rival», dice acerca de su pasado. «En España, Italia o Portugal, en los países latinos en general, existe en cambio la cultura de los culpables y cuando se pierde se silba, buscando siempre el culpable dentro, sin reconocer los méritos de los otros. En Madrid, por ejemplo, no basta ganar, porque la victoria es parte del código genético del equipo y de sus aficionados. Hay que ganar siempre, y si lo haces por 4-0 te dicen que debías hacerlo por 7-0, pues todo es vivido con exceso», opina. El preparador del conjunto madrileño afirmó estar «muy satisfecho» con el trabajo realizado hasta el momento con el Real Madrid: «Este es el mejor inicio de del Real Madrid en los últimos diez años, aunque lo que cuenta es tener el mejor final. Antes de perder en Sevilla, éramos primeros en el campeonato y en la Liga de Campeones estamos clasificados para los octavos de final, con dos partidos por jugarse». Vieira marca la pauta Carlos Queiroz también señaló que en la actualidad «por como se alimentan los jugadores, por como se entrenan y por lo que cobran, es un insulto ver a profesionales que juegan sólo en una zona». «No digo que Zidane deba jugar como Vieira (del Arsenal), pero todos deben hacer un pequeño esfuerzo para ayudar a los compañeros y, con ello, al equipo», opina Quieroz. Acerca de las nuevas estrellas que ofrece el fútbol europeo, el portugués resaltó al jugador del Roma Antonio Cassano, al que dijo conocer desde el año 2000, cuando militaba en el Bari, equipo que el luso, entonces seleccionador de Sudafrica, acudía a ver para seguir al sudafricano Massinga. «Cassano será la estrella de la Eurocopa y, si no, de los próximos mundiales», afirma Queiroz.