Tras la estela de Merckx

Benito Urraburu COLPISA | ZOLDER

DEPORTES

Freire busca igualar al belga con su tercera corona mundial Cipollini es el gran favorito en un circuito prácticamente llano

12 oct 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Si Óscar Freire une su nombre al de Zolder, lo unirá a la historia del ciclismo. En esta localidad Belga se celebra la última jornada de los Campeonatos del Mundo. El colofón es la prueba de fondo en carretera, 262 kilómetros de competición, veinte vueltas a un circuito enormemente rápido en el que se puede volar. Un trazado que la selección española no ha venido a reconocer. El único que lo conoce es también el único que puede coquetear con los récords: Freire. El cántabro quizás haya encontrado el mapa hacia su tercera corona mundial en ruta e igualar a Eddy Merckx. Los escollos para revalidar el título, un hambriento Mario Cipollini y el potente equipo australiano. Freire está tranquilo. Paco Antequera le ha rodeado de una guardia pretoriana en la que los únicos bajitos son Beloki, Sevilla, Rafa Díaz e Igor Astarloa. El resto del equipo pasa del 1,80 de estatura, son rodadores apropiados para un circuito que no presenta grandes dificultades. José Enrique Gutiérrez, Lastras, Chente García Acosta, Horrilo, Mikel Pradera, Haimar Zubeldia, Toni Tauler y Luis Pérez configuran un grupo muy fuerte físicamente. Todos van a trabajar para Freire, salvo Igor Astarloa, que va a tener libertad, si llega bien a las últimas vueltas, para poder moverse e intentar meterse en alguna fuga. Freire cuenta con el apoyo de todo el bloque para igualar a Alfredo Binda (1927, 30 y 32), Rik Van Steenbergen (1949, 56 y 57) y Merckx (1967, 71 y 74), que son los únicos ciclistas en toda la historia que han ganado tres Mundiales. El circuito de Zolder, con parte de la zona que se usaba para las pruebas de Fórmula 1 (aquí se mató Gilles Villeneuve en 1982), es un trazado en el que el desenlace lógico es se produzca una llegada en grupo, aunque no todos optarán al teórico esprint final, porque la dureza de la carrera habrá desangrado al pelotón. No menos de diez nombres aparecen en la lista de favoritos, todos capaces de vencer en una llegada de este tipo. Si hay que destacar a alguien, ese es Mario Cipollini. Le queda una temporada más en activo y ganar el Mundial sería un cierre fantástico para su vida deportiva. Aunque en Italia están Petacchi, Di Luca o Bettini. Quizás demasiados intereses particulares. Y Cipollini está en forma, pero muy presionado por un país obsesionado con un oro que no logra desde Bugno. A partir de Freire y Cipollini, se abre un mar de aspirantes serios. Desde el alemán Zabel, al belga Museeuw, pasando por el esloveno Hauptman, tercero hace un año en Lisboa o el estonio Kirsipuu. Pero la selección estrella, junto a Italia y España, es Australia. McEwen, BMcGee, O'Grady y Cooke formarían un cuarteto temible si existiera entendimiento entre sus componentes. Pero Freire tiene un aliciente que no está al alcance de nadie: seguir la estela de Merckx.