
El escritor deja una vasta obra, en la que dejó novelas ya clásicas y ensayos de gran finura literaria e intelectual
15 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La palabra escrita ha sido el pilar fundamental de la vida de Mario Vargas Llosa. Su perspicacia literaria le ha permitido tocar todos los géneros: novela, narración breve, poesía, teatro, el artículo periodístico, ensayos y memorias. Algunos de esos títulos, como Conversación en La Catedral, se convirtieron en clásicos desde el momento mismo de su publicación. Una obra tan vasta y consistente en su calidad solo se puede explicar, además, desde la vocación y la constancia.
«La ciudad y los perros»
1963
Un debut novelístico espectacular. Vargas Llosa procesa a través de la literatura su paso por el colegio militar Leoncio Prado y denuncia los excesos de la disciplina castrense y la perversión de valores como el honor y la exaltación de otros (la violencia, la hombría). El robo de un examen es el macguffin de una trama que se adentra en ese universo cerrado del colegio. La novela que abrió caminos para su autor y coetáneos.
«La casa verde»
1966
De nuevo, la experiencia personal emerge, transformada, en literatura. Vargas Llosa contó en Historia secreta de una novela cómo se gestó La casa verde a partir de la visión casi infantil de un misterioso inmueble donde solo vivían mujeres y que visitaban solo los hombres. La selva y el otro Perú, desconocido para él, son un personaje colectivo en una narración que también investiga sus propias técnicas de contar.
«Conversación en La Catedral»
1969
«¿En qué momento se había jodido el Perú?». La pregunta de un arranque memorable pone en marcha la narración de las zozobras vitales y éticas de Zavalita. La corrupción del régimen peruano de Odría, las actividades políticas clandestinas y un secreto de familia que desemboca en tragedia son los pilares de un libro que, por lenguaje, es un universo en sí mismo.
«Pantaleón y las visitadoras»
1973
Vargas Llosa regresa a la selva peruana y al ejército de su país para urdir una historia en torno a un capitán destinado en la Amazonía y las prostitutas, las «visitadoras», del servicio de alivio de necesidades sexuales que debe poner en marcha por orden de sus superiores. Las paradojas de la misión de Pantaleón, los conceptos de vicios y virtudes en la institución castrense y sus denuncias.
«La tía Julia y el escribidor»
1977
A veces considerada una obra menor, el relato de un amor adolescente y el ambiente de las emisoras de radio de mediados del siglo XX se lee como una delicatessen. La novela está basada en su propia relación con su tía política Julia Urquidi, de la que más tarde acabaría separándose. Ella dio su visión de su vinculación sentimental en el libro Lo que Varguitas no dijo.
«La guerra del fin del mundo»
1981
Una novela de largo aliento y que supone la primera incursión de Vargas Llosa en la Historia con mayúsculas como materia prima literaria. La acción se desarrolla en Brasil en 1897, con la movilización de tropas en el nordeste del país. El conflicto armado involucra a los campesinos y sus reivindicaciones, los terratenientes y el ejército, que representa a la nueva república brasileña.
«La fiesta del Chivo»
2000
Vargas Llosa se vale de la figura histórica del dominicano Trujillo para componer una nueva aproximación al género novelístico de los dictadores. Tres tramas, centradas en el presidente, una mujer que regresa al país y los asesinos de Trujillo, se van entrelazando en una obra que toca el poder y su capacidad de corrupción, la sexualidad y el machismo, y la memoria y su relación con el relato colectivo.
«El sueño del celta»
2010
Otra figura histórica, la del irlandés Roger Casement, le sirve al escritor para denunciar las barbaridades del tiempo colonial, centrándose en el Congo belga y la Amazonía peruana, dos de los lugares a los que fue destinado Casement. Su homosexualidad, entonces delito, y su apoyo a la causa independentista irlandesa, completan una ficción en la que, sin embargo, Vargas Llosa se acerca considerablemente al ensayo periodístico.
«García Márquez: historia de un deicidio»
1971
Uno de los análisis más sugerentes de la obra de García Márquez, a cargo de otro escritor con el que mantuvo relaciones de amistad hasta su sonado desencuentro. El libro es fruto de la tesis doctoral de Vargas Llosa, quien se ocupa minuciosamente de la obra del colombiano, desde sus inicios literarios hasta su gran novela Cien años de soledad. Además, no se ocupa solo de lo impreso, sino que lo relaciona con la biografía del escritor para hallar sus claves ocultas.
«La orgía perpetua»
1975
Todo gran escritor es, también, un gran lector. Vargas Llosa ha dado numerosas muestras de su capacidad para el análisis pero también para emocionarse con un libro. Aquí se detiene exhaustivamente en Madame Bovary, el gran clásico de Flaubert, una de sus referencias indiscutibles. La técnica y trascendencia de la novela guían un libro en el que el escritor también se retrata como lector.