Sergio Dalma: «El éxito de "Bailar pegados" llegó a un nivel en el que me asusté mucho»

Javier Becerra
javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Sergio Dalma
Sergio Dalma .

El cantante ofrecerá un doble pase en A Coruña el próximo 16 de octubre  revisando su trayectoria

11 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Sergio Dalma (Sabadell, 1964) lleva desde 2019 celebrando sus primeros treinta años de carrera. «Cuando le puse el título al disco, 30... y tanto no me hubiera imaginado que este tanto significaría todo esto. Se nos va a juntar con Alegría [el nuevo disco, que se editará en noviembre] y la cosa va a ser 30... y tanto con alegría», se ríe el músico. El próximo sábado 16 estará en el Palacio de la Ópera de A Coruña de la mano de Cávea Producciones, saldando la deuda de unos conciertos retrasados por la pandemia. Hará dos sesiones (18.00 y 21.00 horas) con aforo reducido y entradas desde 30 euros.

-Estos conciertos de doble pase, como el que hará en A Coruña, suenan a algo de otra época.

-Sí, totalmente. En el pasado yo hice dobles pases y matinales. Efectivamente, suena a muchos años atrás. Pero ahora era la única manera de que la gente pudiera acudir, debido a las restricciones. Yo le comentaba a la oficia que, por mí, como si había que hacer triplete. Evidentemente, es mucho más cansado y lo notas. Los años ya pesan, pero es tal la ilusión que puedes con todo.

-Revisa su trayectoria y eso lo lleva aquel primer éxito: «Esa chica es mía». ¿Se reconoce?

-A lo largo de estos años yo he ido modificando esas canciones. Las hemos vestido de otra forma e interpretado de otro modo. Si ahora escuchas las primeras versiones verás que la voz es distinta y que todo ha cambiado mucho. Nunca me ha gustado que se quedaran en aquello y he preocupado mantenerlas bastante frescas.

-¿Qué fue más importante en su carrera, esa o «Bailar pegados»?

-Bailar pegados. Con Esa chica es mía me di a conocer y le guardo mucho cariño. El éxito Bailar pegados llegó a un nivel que también me asusté mucho. Decía: «A ver si el público no me va a dejar salir de ese momento». Luego los autores me llamaban: «¡Oye, que tengo otro Bailar pegados!». No quería eso. Mi carrera experimentó un antes y un después con Bailar pegados, sin duda.

-¿Temió que el tema eclipsase su trayectoria?

-Claro. Era muy joven y tenía una carrera por delante. Debía luchar por hacer cosas nuevas. Al principio sí que tuve ese temor, sobre todo por lo que me marcó.

-Supongo que sus fans le dicen que la usaron para pedirle el matrimonio a su pareja o en el baile de su boda.

-Sí y sigue ocurriendo [risas]. Es una canción que, aunque hayan pasado tantos años y viniendo del festival de Eurovisión, ha pasado de generación tras generación y ha sido pasto de karaoke. Igual que Galilea. A día de hoy aún me pregunto qué tendrá para enganchar tanto.

-Es parte de la cultura popular del país. La semana pasada el grupo Ladilla Rusa hablaba de las restricciones en los conciertos. Decían: «Bailar sentados es bailar», parafraseándolo.

-[Se ríe a carcajadas]. Sí, mira que ha llegado lejos el Bailar pegados que hasta sirve para eso. Lo de estar sentado es duro. Que tú vayas a ver un concierto y te suena una canción como Galilea o ese Bailar pegados y te emociones es normal. Yo siempre digo: «Ustedes han pagado una entrada y tienen que sentir el concierto como quieran. Si quieren bailar o estar de pie, háganlo. Pero ahora vas a un teatro y esa voz en off te dice tantas veces que no puedes hacer cosas que ya te dan ganas de salir. Pero la gente tiene tantas ganas de ir a conciertos que, aunque haya que estar sentados, sigue. Más ahora, que ves que la normalidad está cada vez más cerca.

-Tuvo una polémica en verano, cuando en un concierto suyo la gente se levantó y se enfadó porque la mandaron sentar.

-Sí, me cayeron palos por todos lados. Yo decía: «Ojalá la mitad de cobertura que tuve con todo esto la tuviera ahora con el nuevo disco». Lo de las redes sociales es un gran altavoz, pero a veces lo desvirtúa todo. En ningún momento se suspendió aquel concierto. Y no quise saltarme ningún protocolo. Tampoco soy negacionista, ni mucho menos. Se soltaron muchas barbaridades. Yo le decía a la gente que estuvieran en su sitio y no sacase la mascarilla, pero al levantarse los hacían sentar. A mí eso me dolía, cuando veías a gente detrás en una barra tomando copas. Pero nada, un mes después empezó el fútbol y veías a la gente de pie. ¿Por qué nosotros no?

-¿Qué piensa de las redes sociales tras un vapuleo de esos?

-Que son una buena herramienta de trabajo, pero a nivel personal las odio.

«No sirvo para jurado de "talent-show", eso no es lo mío»

Sergio Dalma es uno de los grandes supervivientes de la canción romántica española. Cuando muchos se apagan, una vez pasada su juventud, o se convierten en «artista de un solo éxito», él superó esa fase. También aguantó el ciclón OT y la piratería. Luego, en el peor de los escenarios posibles, triunfó con la saga Vía Dalma, uno de los grandes fenómenos de ventas en la última industria española. «Nunca me imaginé que podía llegar a eso, pero fue un triunfo», recuerda.

-Aquello fue como el disco de boleros de Luis Miguel de 1991, que pocos apostaban por él.

-La música de Vía Dalma es con la que crecí. En la radio se podían escuchar esas canciones que ganaban San Remo y, a los diez días, las podías escuchar cantadas en castellano. A mí me llamaba la atención esas voces tan diferentes a lo que sonaba aquí. Cuando me propuse hacer el disco me dijeron que era como muy antiguo y que cada Navidad salía un recopilatorio de canciones italianas. Lo planteé como un regalo que me quería hacer. También, para el público de mi generación. Pocos creyeron en él y se convirtió en una trilogía increíble. De hecho, en el 2012 me invitaron al festival de San Remo a cantar esas canciones.

-¿Por qué piensa que triunfó?

-Por estar en el momento justo y adecuado. Salió muy bien. Tal y como está la música, a lo mejor sin los Via Dalma estaría hoy en otra situación. Pero bueno, yo siempre he sido un trabajador de la música. Trabajo la promoción, porque me encanta hablar con los periodistas y esa creo que también es una de las claves.

-Hay gente que piensa que los temas de «Via Dalma» son suyos.

-Sí, una vez vino Toto Cotugño a una fiesta en Marbella y cantó Soy un italiano, con la que ganó Eurovisión. Fue un grupo de chavales y decían que había cantando una canción de Sergio Dalma. Él no entendía nada [risas].

-¿Es posible seguir en la brecha en 2021 sin hacer reguetón o ser jurado en un «talent-show»?

-Es que yo no sirvo para jurado de un talent-show. Me contrataron una vez para El número uno, pero no funciono bien. Eso no es lo mío, no estoy cómodo. Y respecto a lo otro, si me llegan a decir hace unos años que iba a hacer una rumba no lo hubiera creído. Aunque yo en las orquestas ya lo había hecho. Si respeta mi esencia, adelante.