Sepúlveda, que se dio a conocer internacionalmente en 1988 con la publicación de «Un viejo que leía novelas de amor», vivía desde 1997 en Gijón, ciudad en la que era muy conocido por haber impulsado y dirigido, entre otros proyectos, el Salón del Libro Iberoamericano.
Militante comunista, Sepúlveda se había visto obligado a abandonar su Chile natal en 1977, tras ser represaliado por el régimen dictatorial de Augusto Pinochet y de ver conmutada una pena de 28 años de prisión por otra de ocho años de exilio.