Se ve bien, pero no es la leche

miguel anxo fernández

CULTURA

«Tadeo Jones 2. El secreto del rey Midas»  va dirigido de forma inequívoca al público infantil, pese al intento de enganchar a sus mayores

18 sep 2017 . Actualizado a las 07:35 h.

Aclaremos que hay motivos para el entusiasmo, claro, como también que tengamos en cuenta que no somos Hollywood y que sacar adelante una producción animada con vocación competitiva para mercados más allá del local cuesta un riñón y una pasta. Así que, si nos quedamos solo con el regreso del albañil aventurero con vocación de Indy Jones, es de sobresaliente. Pero si nos envolvemos en la bandera del somos la leche y que se aparten Pixar y los otros, reduzcamos la marcha para no cargarnos el motor.

El producto va dirigido de forma inequívoca al público infantil, pese al intento de enganchar a sus mayores. Demasiado simple para lo segundo, sin descontar el retrato de una España tópica, que venderá bien fuera de nuestras fronteras, pero aquí te deja como así…

Sin duda es una estrategia inteligente, además de legítima, ya que no solo es necesario recuperar la inversión sino también generar beneficios para afrontar nuevos productos y generar confianza en un sector, el animado, en donde nuestro cine evoluciona a mejor.

Si arañamos en la superficie veremos que su originalidad es limitada y no puede evitar lugares comunes, como el gracejo andaluz, aunque sea bajo la coartada de la Alhambra y su Patio de los Leones. Tampoco se esforzaron gran cosa en trabajar los personajes, dotándoles de mayor chispa y emotividad. Demasiado esquematizados. Puede que mejorara la calidad técnica sobre la primera entrega, que en el 2012 recaudó casi 60 millones de euros brutos a nivel mundial, una burrada para una animación local. A saber si en esas carencias anotadas no se encuentra la presión de Telecinco Cinema para apurar la jugada y recoger dinero fresco. Váyase a saber. En todo caso, nuestro singular héroe viaja a Las Vegas para el último descubrimiento de su colaboradora y enamorada arqueóloga Sara Lavroff: nada menos que el papiro certificador de la existencia del Collar de Midas, el mítico rey que convertía en oro todo cuanto tocaba. Como era previsible, hay un villano que les birla el documento y que, además, cometerá otras tropelías que Tadeo se verá obligado a resolver o no habría película.