Ana Oncina: «Pasará mucho tiempo antes de ver a Croqueta y Empanadilla con hijos»

Todo comenzó como una broma entre la ilustradora Ana Oncina y su novio. Sobre el papel él era una croqueta y ella una empanadilla que vivían situaciones típicas de una joven pareja. Estas aventuras domésticas con cierto toque naíf se han convertido en el mayor fenómeno editorial del cómic español de los últimos tiempos, y su autora -que esta semana recorrerá Galicia presentando el tercer volumen de Croqueta y Empanadilla- ha sido incluida en la lista de los treinta menores de 30 años más influyentes de Europa según Forbes.

-Trece ediciones del primer libro en tres años. ¿Esperaba que diesen para tanto estos personajes?

-La verdad es que no. Ten en cuenta que al principio era algo muy personal, así que ni pensaba que fuese a ser publicado. Si me decidí a mandarlo a una editorial fue por presión de mi novio, pero jamás pensé que pudiese gustar más allá de mi círculo.

-¿Y a qué cree que se debe este éxito?

-La gente me dice que se siente bastante identificada. Además, el hecho de que los personajes sean una croqueta y una empanadilla hace cierta gracia, eso es innegable.

-Son un prodigio del diseño que no me extrañaría que terminasen trascendiendo el papel.

-De hecho, voy a empezar ahora a hacer el merchandising un poco más en serio. Me da miedo, porque yo a lo que me dedico es a dibujar. Pero he terminado por verlo como algo que va a favorecer que se conozcan más los libros.

-Sorprende que fuese una editorial como La Cúpula la que sacase estos libros.

-Lo mandé a otras editoriales, pero me gustaba mucho el catálogo de La Cúpula y como estaban empezando a abrir un poco su línea editorial quise probar, aunque es cierto que se caracteriza por editar cómics en una línea más bruta, más pegada al underground.

-¿Llegaremos a ver a Croqueta y Empanadilla con nietos?

-No lo sé. Como se basa en mi vida, ya te digo que va a pasar bastante tiempo antes de verlos con hijos. Estoy muy contenta con ellos, me siento muy a gusto dibujándolos, pero ha llegado un momento en el que quiero seguir avanzando. Tengo otros proyectos de novela gráfica que he tenido que ir dejándolos por falta de tiempo.

-¿Pero habrá más libros de Croqueta y Empanadilla?

-Seguro, pero sin prisa, cuando esté muy pensado. Me da miedo que se quemen los personajes, que pierdan frescura. Quiero que haya evolución y quedarme solo con las buenas ideas.

-¿Cuáles son esos proyectos?

-Tengo dos historias, una con otro guionista y una historia de fantasía, de una niña que se mete en otros universos. Me apetece mucho el reto de una novela gráfica, ver si soy capaz de enfrentarme a un guion largo.

-¿Cuánto tienen de realidad y cuánto de ficción sus historias?

-Son bastante autobiográficas. Sobre todo el primer libro. En los otros dos ya he tirado de historias de amigos, situaciones que veo por la calle... Es que han salido tres libros en tres años, además del especial de Navidad, así que había que sacar temas de donde fuese. Siempre voy con la libreta en el bolso, me alimento del día a día.

-Se han publicado en Francia e Italia. ¿Qué tal han funcionado?

-En Francia tuvieron que cambiarle el título, porque allí no hay croquetas. Pero en Italia ha funcionado bien. Al fin y al cabo las historias son universales, las parejas se ven identificadas.

-Según «Forbes» es una de las jóvenes más influyentes de Europa.

-Al principio pensé que era broma, pero me parece muy guay, porque es una lista muy completa, donde hay artistas, cocineros...

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