«Magical Girl» y Carlos Vermut forjan leyenda en San Sebastián

josé luis losa SAN SEBASTIÁN / E. LA VOZ

CULTURA

Carlos Vermut (izquierda) celebra con su equipo la Concha de Oro; a la derecha, el productor Pedro Hernández.
Carlos Vermut (izquierda) celebra con su equipo la Concha de Oro; a la derecha, el productor Pedro Hernández. V. WEST < / span>REUTERS< / span>

El cineasta madrileño se lleva la Concha de Oro y también la de Plata al mejor director; el intérprete ferrolano Javier Gutiérrez, premiado como mejor actor

28 sep 2014 . Actualizado a las 11:38 h.

Carlos Vermut pasó ayer a la historia de este festival. La Concha de Oro para su formidable Magical Girl y la de Plata como mejor director sitúan la película como la más laureada de todo el cine español en los 62 años de existencia de este certamen. Esto, hablando de un autor con solo un largometraje anterior como toda filmografía (Diamond Flash, 2011), y cuyo único premio precedente fue el de un cortometraje en el Notodofilmfest en el 2009, habla de la irrupción más abrupta de un creador de la que pueda dar testimonio el cine patrio.

El arrasador triunfo de Magical Girl, sumado a los premios para La isla mínima, la fotografía de esos Everglades de la Andalucía profunda y la justísima Concha de Plata para el ferrolano Javier Gutiérrez, que ya anunciamos colosal en su papel de policía extorturador de la dictadura, hacen de este palmarés un mayúsculo espaldarazo al cine español y, en concreto, a dos cineastas, Alberto Rodríguez y, sobre todo, Carlos Vermut, cuyos horizontes, por el propio cine que filman, perfectamente exportable, apuntan hacia su consolidación en el panorama internacional. Hay que pensar que, antes de este Vermut agigantado, solamente un maestro del cine del siglo XX como Claude Chabrol, en 1997, fue capaz de aúnar la Concha de Oro y la mejor dirección.

Golpes de magia

La detonación que supuso aquí Magical Girl el miércoles derribó ayer las paredes del Kursaal al llevarse el filme los dos premios más relevantes del festival. Tiempo habrá de volver sobre la efervescencia controlada sobre la cual se cuecen las pulsiones de la película: un puzle, en torno a una soberbia Barbara Lennie, donde Vermut recoloca piezas del giallo y del Almodóvar más oscuro; del manga japonés y de un tarantinismo muy bien metamorfoseado en austeridad ibérica, en otro personaje que agranda la leyenda de Pepe Sacristán -su mattatore educado del acto final funciona dentro del mecanismo perfecto que es Magical Girl como catapulta de la película hacia la dimensión estratosférica del mejor cine malabar, el que cuando todo parece ya ganado se reserva los mejores golpes de magia para provocar el entusiasmo abrumador.

La Concha de Plata como mejor actriz a la danesa Paprika Steen, por el melodrama sobrio pero «desaborío» Silent Heart, de Bille August, me deja frío. Mucho más cuando ignora la magia inaprensible y perturbadora de la gran Nina Hoss en Phoenix, obra maestra onírica, de belleza indescriptible, firmada por Christophe Peltzold, película grandiosa cuyo honor ha salvado el premio de la Crítica Fipresci.

Me parece justísimo que el cine negro de gran reserva que es The Drop se lleve el premio al mejor guion porque su denso y sutil trazado de personajes siempre en la zona gris del bien y del mal lo ha escrito nada menos que el maestro Dennis Lehane, autor, entre otras, de las historias de Mystic River y Shutter Island. No entiendo qué meritos hay en Vie Sauvage, de Cedric Kahn y su relato de padre hijo del 68 que huye con sus hijos de la sociedad de consumo. Me produce agotador deja vú de lo ya conocido y mucho mejor contado.

Pero son solo pequeñas pegas a un palmarés que considero el más relevante de las últimas dos décadas en Donosti: por el triunfo magno y clarificador de un cineasta para el que se abre un Mar Rojo de expectativas que dan casi vértigo. Parece que esto lo luchó a pulso Nastassja Kinski, defensora tan visceral de Magical Girl que llegó a vencer la pugna provocando miedo escénico, casi pavor al parecer, en la delicada viñetista Marjane Satrapi. Enhorabuena Nastassja, enhorabuena Donosti. Vermut, el mundo a tus pies.