«Es una gran manera de vender (la película): 'Oye, esto es una historia increíble... ¡y es verdad!', dijo Gray.
Además, mientras se hace publicidad, se puede dar a conocer a la persona que inspiró el film, como ocurre con la protagonista de Philomena, que relata la vida de una madre irlandesa que buscó durante 50 años a su hijo ilegítimo, dado en adopción por monjas católicas.
Para el profesor de cultura pop Robert Thompson, la tendencia hacia películas basadas en la realidad va de la mano a mano con el avance de la televisión como escenario de las grandes producciones.
«Basado en una historia real no es una etiqueta nada nueva, pero parece que se está convirtiendo en un requisito previo para que una película sea tomada en serio», dijo a la AFP este académico de una universidad neoyorkina. «A medida que la televisión se apodera de la alta ficción, las películas parecen buscar seriedad en la relevancia de la realidad», agregó.