La cafetería que sirve sesenta tortillas para desayunar: «Al principio la mezcla con café era una chaladura, pero en A Coruña ya les gusta hasta a los cruceristas»

VIVIR A CORUÑA
Los locales que Siboney tiene en la rúa Nova y la calle Ferrol empiezan a tener más fama, si eso es posible, por la tortilla que por el café. Conseguir una tapa de este manjar cada mañana es una locura, pero quien la prueba asegura que merece la pena
18 ene 2025 . Actualizado a las 12:21 h.Las comparaciones entre A Coruña y Vigo llegan a tal extremo que nos distinguimos hasta en la manera de comer tortilla. Nacho Gómez, director de calidad de Cafés Siboney, lleva años estudiando el comportamiento de sus clientes y adaptando el negocio a las necesidades que van surgiendo. Hace unos cuantos años comprobó que una mezcla que califica como «chaladura» caló tanto entre sus clientes que, a día de hoy, Siboney en la urbe herculina no se entiende sin el combo café y tortilla. Esto ocurre aquí porque «llevamos un ritmo diferente. En esta ciudad somos mucho de parar para el café a media mañana y, de paso, tomar un tentempié; supongo que es porque la gente se dedica más al sector servicios. En Vigo, sin embargo, la gente se toma algo cuando termina su jornada laboral, y ya es una cañita».
Aunque no se puede negar que la cerveza también corre con alegría en la urbe herculina, para muchos su rato de relax indispensable llega antes del mediodía. Y pasa por Siboney desde hace más de una década.
Esta compañía lleva facturando más de sesenta años, pero no hace tanto que tiene en la tortilla uno de sus mayores reclamos. Como explica Nacho Gómez, todo empezó en el local de Rúa Nova, cuando quiso ver qué tal cuajaba eso de mezclar dulce con salado. Especialistas en café, la madre de Nacho y su hermano Jorge, con quienes ha seguido creciendo la compañía que fundó su abuelo, ayudaba en la empresa preparando bizcochos y otro tipo de dulces. Hasta que un día bajó unas tortillas a la cafetería y arrasaron de tal forma que, al poco tiempo, acabaron contratando a una persona para que se dedicase a preparar este plato.
Como ocurre siempre, la buena mano es fundamental para triunfar con una tortilla a la que no le faltan ingredientes de calidad. «Como al principio hacíamos pocas, mi madre se empeñaba en hacer tortillas con productos de primera y, claro, tuvimos que mantenerlo». Se empezó a correr la voz y, a día de hoy, las colas para conseguir una tapa de tortilla en los locales que Siboney tiene en rúa Nova y la calle Ferrol se entienden al poner los números sobre la mesa. En cada uno de estas cafeterías sirven un día de semana unas 23 tortillas, «y en Navidad llegamos a dispensar 35 en un día, fue una locura».
«No son idénticas», aclara Nacho. Y cada cual tiene sus fieles. «Los cocineros le dan su toque y, por ejemplo, la de rúa Nova está más hecha y la de la calle Ferrol menos cuajada». Un apunte para cebollistas: ninguna lleva este ingrediente. Sí pueden encontrar tortilla con chorizo y, durante un tiempo, hubo tortilla rellena: ese manjar que incluye jamón, lechuga y tomate y que cada vez es más difícil encontrar en los bares.
Para Nacho, además del resultado final, parte del éxito de las tortillas de Siboney radica en la sencillez de la mezcla. Es difícil encontrar a alguien que no le guste un buen café y una tortilla de calidad, solo hay que darle una oportunidad a la mezcla. «Nos pasa con los cruceristas que vienen al local de rúa Nova cuando se bajan del barco, les animamos a que tomen este desayuno y, aunque al principio son reacios, luego les encanta». Además, indica que en este local puede tomarse también media tapa, que es esa dosis justa de energía que muchos necesitan a las once de la mañana para seguir con la jornada de trabajo.
Algunos de sus clientes más fieles son esos madrileños que pasan temporadas cada vez más largas en el noroeste de España. «Siempre me preguntan que cuándo abrimos un Siboney en Madrid para poder tomar allí esta tortilla, pero lo cierto es que perdería calidad de vida y, de momento, no está en los planes».