La tortilla favorita de Feijoo nació en este bar «de batalla» de A Coruña

VIVIR A CORUÑA

Pepe y Maruja, propietarios del Alcalá desde hace 54 años
Pepe y Maruja, propietarios del Alcalá desde hace 54 años CESAR QUIAN

La de O Cabo es la preferida del líder del PP, y una de las más demandadas por herculinos y turistas. Lo que pocos saben es que este manjar puede disfrutarse también en el Alcalá, un local de Cuatro Caminos

22 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de que los modernos decidieran que los bares de viejos ya no volverían a ser bares para viejos, llegó Paquita Salas para mitificar el Larios, el torrezno y la tapa de albóndigas. Así, locales del centro de las ciudades se convirtieron en templos de peregrinaje de aquellos que querían molar huyendo de los rótulos de neón —¿«Que el fin del mundo nos pille bailando»?— y los sofás de terciopelo rosa. Para los de siempre quedaban bares y cafeterías de esos barrios menos masificados, que mantienen de verdad su impronta y cumplen la función para la que nacieron: dar de comer a vecinos y trabajadores de la mejor manera que saben.

En este grupo se encuentra el Alcalá, una cafetería de Ramón y Cajal donde este miércoles a la una del mediodía una señora pagaba un vodka mientras algunos aún se enteraban de las noticias con el café. El local puede pasar inadvertido porque no tiene ínfulas ni pretensiones de nada, y quizás por eso pocos coruñeses sepan que aquí nació una de las tortillas con más solera de la ciudad

La de O Cabo, en pleno Ensanche herculino, es la favorita del líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, y de otras tantas figuras ilustres de la urbe, que también aprovechan para tomar una tapita de callos el fin de semana, y un buen pescado si la ocasión lo merece. Este restaurante se ha hecho un nombre en A Coruña gracias al matrimonio formado por Ramón e Isabel, a su manera entrañable de entender la cocina y a unos reconocimientos culinarios que, junto al boca a boca, han puesto la tortilla de este local en una posición envidiable.

Casi da igual la hora a la que uno se acerque a O Cabo: estará hasta los topes. Así que muchos tienen que dar media vuelta y quedarse con las ganas de probar su plato estrella. A esas mismas horas, en el Alcalá estarán sirviendo tortillas muy parecidas a las que prepara Isabel en la calle Picavia, pero hechas con las manos de su madre, Maruja. 

Ramón e Isabel, con la tortilla de O Cabo
Ramón e Isabel, con la tortilla de O Cabo Marcos Míguez

Hace 54 años que mezcla patata, huevo, aceite y sal para dar forma a una de las recetas que más gustan en este bar, que esta misma mujer apellida «de batalla». Entonces, sin embargo, lo que más triunfaba entre los comensales  —camioneros y trabajadores del puerto, en su mayoría— eran «las tapitas de tripa cocida, oreja y también sándwiches, que mi marido incorporó a la carta por la receta que había traído de Uruguay, donde vivió varios años». Con los años fue ganando peso la tortilla, la misma que aprendió a hacer su hija, aunque ahora cada una le da su toque. «Ella la hace más jugosa y fríe más la patata, la mía tiene patata más cocida y el resultado es más contundente».

Maruja reconoce que a su marido le gusta más la de su hija, y Pepe asiente. Él es el encargado de que los callos no falten cada fin de semana ni en el Alcalá ni en O Cabo, otra de las tapas que arrasan a la hora del vermú en sendos locales. 

A la pregunta de si Feijoo ha pasado por el bar que esta familia de Santa Comba tiene en Cuatro Caminos, Isabel contesta que no. Nadie en el Alcalá se lo tiene en cuenta. «Isabel y Ramón le tienen mucho cariño, y nosotros hemos estado varias veces con él, la última en la reapertura de O Cabo; se había operado de la vista y estaba pachuchiño».