Los propietarios de los locales de hostelería cerrados en Sada se ven obligados a recurrir al ERTE

arantxa ramos ponte SADA / LA VOZ

SADA

ARANTXA RAMOS PONTE

No tendrán ingresos en la época en la que más facturan

14 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los locales de Sada cuya licencia se corresponde con la de un café-bar especial se encuentran en una situación muy complicada con las nuevas restricciones impuestas por la Xunta en el área coruñesa. Después de cinco días con los toldos bajados, tendrán que seguir cerrados, por ahora, otra semana más.

El propietario del Dalvy indica que «la situación es inviable» y mantiene una postura crítica ante la Xunta. «Fixemos un escrito como grupo de comerciantes á Xunta e á consellería, pero fixeron caso omiso, todo sigue igual», relata el dueño de otro de los locales afectados. En el mencionado documento, expusieron el riesgo económico en el que se encuentran y también pedían la aclaración de la orden restrictiva, ya que no entienden el motivo por el que no pueden continuar trabajando por la mañana. «Nosotros trabajamos mucho más por el día, antes de las doce tenemos el 80 o 90 % de la caja», ejemplifican en el Dalvy. También es el caso de otros establecimientos. Otro propietario declara que «non estamos a pedir abrir pola noite, senón pola mañá, coma sempre e coma o resto de negocios de hostalería».

Debido a la temporada en la que nos encontramos, en pleno agosto y además con el festivo de San Roque, los propietarios lamentan la pérdida de los ingresos más importantes del año. Por ese motivo, ya se han visto obligados a recurrir al ERTE con sus trabajadores. El propietario del Dalvy dice que luchará «por las pérdidas que esto ocasiona en los trabajadores, en las mercancías y también por el gasto de la terraza en Costas».

El Grupo Popular local denuncia que el actual gobierno local hubiera dado «permiso verbal» para que estos locales abrieran durante el mes de junio pese a que «el decreto es claro en la asimilación de los café-bar especiales a los pubs, por lo que no podrían abrir hasta el 1 de julio». El alcalde, Benito Portela, declara que «estaban en xogo cincuenta postos de traballo». Además, se consideró que permitir la apertura de varios locales ayudaría a evitar masificaciones y sería, por lo tanto, más seguro. «Ter unha oferta máis ampla e non colapsar uns poucos establecementos», explica Portela.

El alcalde había redirigido las quejas de los propietarios a la Xunta, que denegó el derecho a poder abrir en horario diurno, decisión que se comunicó nuevamente a los locales afectados, que echaron el cierre. Uno de los dueños, indignado, dice: «O que pedimos é sentido común».