Alberto Fuentes-Valcárcel es el autor del informe en el que, además de describir el origen de la casa Carnicero, así como su valor patrimonial, indica que «una solución para preservar nuestro patrimonio junto con los intereses privados de las personas que quieren construir junto a la casa puede ser hacerlo sin afectar a la integridad estructural de la vivienda, la cual debería sujetarse y apuntalarse para que, dada su merma de capacidad material y la pérdida de la protección que le aportaba su cubierta, no se colapse con las inclemencias del invierno coruñés».
Ya en conversación con este periódico, Fuentes-Valcárcel, señala que lo más urgente ahora es tratar de consolidar la ruina, protegerla del agua, «que es su mayor enemigo», y «paralizar el proceso de pérdida estructural». Respecto a su informe, agrega que sería remitido a Patrimonio, en Santiago, que es la institución que tiene la última palabra sobre su posible demolición. «Pero le hemos dado suficientes argumentos para que la mantenga en pie», añade.