Las cacharelas se extendieron más allá del puente de A Pasaxe

cati devesa / toni silva OLEIROS/ LA VOZ

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Los principales arenales de la comarca volvieron a congregar a miles de personas para disfrutar de una noche de fuego

24 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La comarca disfrutó de una noche de San Xoán en la que la diversión se expandió entre los diferentes arenales y también por las zonas urbanas en donde no faltaron las clásicas churrascadas, ni por su puesto las tradicionales sardinas.

El Concello de Oleiros fue un año más uno de ayuntamientos del área que más gente recibió para celebrar la noite meiga. De acuerdo con el ejecutivo local, más de 200 personas solicitaron permiso para hacer hogueras en los arenales de la localidad. «Este ano as solicitudes foron moito maiores que as do ano pasado», comentaba el alcalde, Ángel García Seoane, que auguraba que «en Bastiagueiro sobre todo vai haber moita xente».

No fallaron las predicciones de Seoane, ya que la playa de Bastiagueiro se convirtió en el epicentro de la marcha más joven. Hasta allí se desplazaron numerosos adolescentes pertrechados con bebidas, y por supuesto comida. Sin embargo, las sardinas escaseaban en una playa dominada por adolescentes que se repartían bocatas o preparaban churrasco al fuego. «No nos gustan mucho las sardinas, preferimos las salchichas», comentaba una joven que disfrutaba de la noche en compañía de sus amigos. En cuanto a las hogueras, una norma común: no encenderla hasta las doce. «Siempre esperamos a las doce, es así la tradición», decía un chico mientras preparaba unos chorizos en la parrilla.

Santa Cristina también congregó a numerosos vecinos que se juntaron alrededor del fuego para disfrutar de la que para muchos es «la noche más mágica del año». Allí, niños y mayores vivieron una jornada animada en la playa.

Fiesta en todos los concellos

En el Curruncho de Sada, escenario habitual de esta fiesta, no cabía un alfiler. La jornada sabatina desbordó las previsiones más optimistas y el acceso se convirtió en un embudo estresante. Allí merendaron y cenaron decenas de vecinos, con vistas a las hogueras de la playa de As Delicias y con la ambientación musical de grupos folclóricos como Queiroa de Mondego, que por la noche dio paso a una discoteca móvil. Desde el Concello también habían repartido madera para hogueras por otros barrios y parroquias, que se sumaron a la celebración de la noche más corta del año.

En Betanzos, un año más la gran hoguera del casco histórico citó a buena parte de los vecinos, que también degustaron sardinas merced a la iniciativa hostelera. Junto a la iglesia de Santiago las llamas volvieron a llamar la atención de algunos visitantes que recorrían la zona noble de la ciudad medieval.

Muchos betanceiros que sí añoraban las playas en esta noche mágica cogieron el coche rumbo a los arenales más cercanos, como los de Gandarío y O Pedrido, así como los arenales de Miño, donde también se vieron numerosas hogueras.

En Arteixo, las playas congregaron a decenas de vecinos, aunque en este municipio abundaron también las cacharelas en las parroquias interiores. El Concello registro un gran número de peticiones para la organización de hogueras, con cerca de 350.