Termina la primera fase de recuperación de la finca Tenreiro, singular por su flora y por su estanque de azulejos de colores
27 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.-Aprendemos moito, si. Eu non tiña nin idea de xardinería...
-E agora xa sabes plantar patacas...
-Con flores... Patacas con flores.
Entre bromas, se despedían ayer dos de los 20 alumnos del obradoiro de emprego que en los últimos meses han trabajado para pulir el diamante en bruto que el Concello de Oleiros adquirió a la Fundación Hermanos Tenreiro en el año 2014: una parcela en la que hoy se levanta el colegio de Nós y donde 20.000 de los 31.000 metros cuadrados totales se están transformando en un jardín público, que todavía no está abierto al público, con el encanto romántico y decadente que en Oleiros también tiene el parque de los Ibarrola, la también decimonónica finca de Montrove.
En desbrozar y limpiar se les ha ido buena parte de los seis meses del taller, que ha sacado a la superficie un tesoro en el que la perla es sin duda el estanque frente a la casa, que recuerda la arquitectura caprichosa y colorista de Gaudí y sobre el que se inclinan dos magnolios en flor.
«Nuestra idea es poder reconstruir la pieza interior y colocar los elementos que han ido apareciendo por la finca», explicaba ayer la directora del obradoiro, María Regaldía, quien reconoce que harán falta todavía nuevas actuaciones para completar la recuperación de todo el espacio.
El Concello ha pedido ya otro obradoiro para dar continuidad a la actuación y reconstruir las edificaciones auxiliares que existen en la parte baja del parque, además de completar la recuperación del edificio principal para devolverle la galería de madera que lucía originariamente. Tardará aún en abrirse el parque del todo, pero el Concello proyecta habilitar un paso central para que los niños tengan el privilegio de subir al colegio por el portal original que recuerda su construcción en 1875.