Una inesperada (e indeseada) decisión

Antonio Fontenla PRESIDENTE DE LA CEC

CULLEREDO

12 ene 2017 . Actualizado a las 08:21 h.

La inesperada (y, por supuesto, indeseada) decisión de la dirección de Iberia por la que la citada compañía ha anulado, de golpe, 55 enlaces mensuales entre A Coruña y Madrid supone una mala noticia para el aeropuerto de Alvedro y, sobre todo, para los intereses de la ciudad y su zona de influencia, la cual, en términos aeroportuarios, se extiende hasta el norte de la provincia de Lugo.

A Coruña y los ayuntamientos de su área conforman el principal eje económico de Galicia. En nuestro entorno, según datos recogidos en el Informe Ardán (elaborado y editado por la Zona Franca de Vigo), se concentra la mitad de la riqueza que generan las empresas gallegas. Aquí tienen su sede buena parte de las principales empresas de Galicia. Inditex, Estrella Galicia, Gadisa, R o Begano son solo algunas de ellas. Y son sus trabajadores y sus directivos quienes dibujan el cliente tipo del aeropuerto de Alvedro. Por otro lado, Madrid es, sin duda, el destino más requerido por los que viajamos en avión. Por ello, recortar el número y la frecuencia de los vuelos de ida y vuelta a la capital del Estado originará demasiados problemas a los viajeros.

Que el aeropuerto tiene una extraordinaria importancia para el desarrollo económico y social de la ciudad y su zona de influencia es una evidencia, como lo atestiguan los magníficos resultados obtenidos por la terminal en los últimos años: más de un millón de pasajeros y miles de operaciones de carga y descarga de mercancías nos hacen concluir que dicha infraestructura es un instrumento decisivo para que nuestra ciudad y su área de influencia conserven la preeminencia en nuestra Comunidad.

Vivimos en la época de las comunicaciones. Y para las empresas, en especial para aquellas que han apostado por la internacionalización, las conexiones aeroportuarias son indispensables para su competitividad.

Todas estas razones son más que suficientes para concluir que la decisión de Iberia es contraproducente para el desarrollo económico y social de nuestro entorno.