Estamos ante una oportunidad histórica para plantar el futuro del borde litoral desde una perspectiva integral
04 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando uno repasa fotografías del maravilloso edificio del Atlantic Hotel, erigido en verano de 1923 en los jardines de Méndez Núñez en sincronía estilística con La Terraza y el Kiosco Alfonso, se le cae el alma a los pies.
Muchos coruñeses conservan aún el recuerdo de aquel fabuloso inmueble de 70 habitaciones, regios salones y vistas a la bahía que fue proyectado por Luciano Delage Villegas y que pasó por la piqueta en 1967. ¿El motivo? Una malentendida modernidad que trataba de dotar a la ciudad de instalaciones turísticas más adecuadas.
La malentendida modernidad trajo consigo esa especie de caja de zapatos que es el actual hotel Atlántico, que hiere la vista cada vez que se pasea por los jardines. La urbe desperdició una gran ocasión en agosto del 2018, cuando venció la concesión. La Marea y el entonces alcalde Xulio Ferreiro tuvieron en la mano la posibilidad de acabar con un error histórico, pero optaron por volver a sacar a concurso el adefesio hotelero, mejorando, eso sí, las condiciones contractuales, que se habían quedado obsoletas (2.500 euros al año).
El nuevo impulso que las Administraciones quieren darle a la fachada marítima abre otra vez el melón del derribo de edificios de medio pelo (hay unos cuantos) para poder actuar con libertad sobre el borde litoral y realizar un planteamiento integral, que no parcial, en los muelles.
No es la primera vez que incluso el Ayuntamiento pone sobre la mesa la posibilidad de tirar el centro de ocio del puerto, otro error histórico e inexplicable en el rincón más honorable de la ciudad. Las grandes decisiones requieren valentía y altura de miras, y tal vez estemos ante una oportunidad irrepetible.