Los vecinos de la Sagrada Familia, en A Coruña, se alían para frenar el depósito de voluminosos en la calle

Bea Franco A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Bea Franco

Aseguran que son empresas las que dejan muebles en las aceras para evitar el pago de la tasa que les cobra el punto limpio

13 dic 2023 . Actualizado a las 15:01 h.

Pasear por la Sagrada Familia hace tiempo que dejó de ser una actividad placentera. Camines por dónde camines y mires hacia dónde mires, es raro no encontrar un colchón tirado al lado de un contenedor, un sofá hecho trizas o restos de muebles en claro desuso. Los vecinos llevan tiempo soportando un problema, que lejos de ir a menos, no ha hecho más que agravarse en los últimos tiempos. «Al principio pensábamos que era gente del barrio que no llamaba al 010 para solicitar que los retiraran, pero era incomprensible que hubiese tanta gente a la vez que actuase así, con esa falta de civismo. No son vecinos. Hemos comprobado que son las mismas personas las que tiran esos enseres y tenemos apuntadas las matrículas de los coches», aseguró Juan Rodríguez Cabanas, presidente del colectivo vecinal, en el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz.

Para evitar que el barrio se convierta en un basurero descontrolado, los residentes han organizado unas patrullas para vigilar, fotografiar y denunciar a quienes se comportan de este modo. «Queremos nuestro barrio limpio. Que se pueda vivir y convivir. Nuestros mayores no pueden cruzar con comodidad por ciertas calles, los niños corren el riesgo de caer y hacerse daño. No podemos permitir que una serie de personas, en lugar de llevar esos objetos a un punto limpio se dediquen a tirarlos en nuestras calles», sostiene. Considera que lo hacen así para evitar el cobro de la tarifa del depósito de voluminosos y explica que «buscan puntos oscuros o zonas muertas y sin tránsito, como la calle Belén» para actuar con nocturnidad y alevosía.

El colectivo vecinal puso en conocimiento del Ayuntamiento el problema que se vive en las calles del barrio y les informaron de lo que consideran «una gestión un tanto rara de algunos de los puntos limpios». Creen que el «único modo de acabar con esto es multando» y por eso han empapelado el barrio con carteles para advertir que denunciarán a quien deje voluminosos en las aceras. «Voy a luchar porque mi barrio esté limpio. Y aunque quiten los carteles, los volveremos a poner y denunciaremos lo que hacen», concluyó.