El inmueble de la caída de cascotes de la plaza de Vigo, en A Coruña, estaba pendiente de reforma desde enero

Andrés Rey / R. D. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Los vecinos aseguran que ya contaban con licencia por problemas de grietas

03 jul 2023 . Actualizado a las 22:48 h.

Los bomberos regresaron este sábado al edificio de Menéndez Pelayo donde la noche del viernes se esquivó lo que pudo ser una tragedia al desprenderse parte de una cornisa que hirió a dos de los clientes de una terraza de la plaza de Vigo, a esas horas muy concurrida. Los técnicos llegaron a las diez de la mañana acompañados del arquitecto municipal para revisar pormenorizadamente toda la fachada desde una plataforma móvil. El perímetro continuaba precintado, el tráfico se desviaba hacia Emilia Pardo Bazán y muchos curiosos se arremolinaban alrededor de la cinta blanca y roja, ante la cafetería Central Park.

A Francisco Corrales, presidente de la comunidad de propietarios, el suceso no le pilló por sorpresa, dijo, ya que desde noviembre eran conscientes de los problemas de grietas: «Avisó la mujer del sexto. Se dio cuenta de que había una cornisa muy floja debajo de su ventana, así que llamamos a un albañil para que retirase las partes peligrosas con urgencia. Ese mismo mes organizamos una junta y acordamos revisarlo todo cuanto antes. Pero entre que el arquitecto redactó la memoria en enero, el Concello nos dio la licencia, solicitamos distintos presupuestos y nos decidimos por uno, pasó mucho tiempo», explicó sobre la demora en el inicio de las obras.

Con la vista clavada en la plataforma, Víctor Sánchez, sargento de los bomberos, reflexionaba sobre lo ocurrido: «Tuvimos un susto muy grande. Los cascotes se desprendieron y, por suerte, rebotaron contra la fachada en vez de caer a plomo», narró. Los dos heridos estaban en una mesa cerca de donde impactaron y solo fueron alcanzados por fragmentos. Uno tiene una herida en la sien, y el otro, en una mano, pero ambos se encuentran bien, afirmaron desde el establecimiento.

«Nosotros estuvimos trabajando tres horas, asegurándonos de que no cayese nada más y de que el área era lo suficientemente segura. Ahora hemos venido con el técnico para que compruebe todo y determine exactamente las medidas a tomar», explicó el sargento. La comunidad de vecinos fue informada por el Ayuntamiento de que tenía 24 horas para asegurar el edificio y hasta entonces los negocios debían permanecer cerrados.

El técnico municipal, junto a otro bombero, se movía sobre la plataforma a través de las cornisas. Extendiendo los brazos, agarraba cada una y comprobaba su firmeza para, según Sánchez, revisar si había más con riesgo de caída. Varias esquirlas que se precipitaban desde arriba sobre el área precintada daban pistas de la respuesta. «El deterioro es algo muy común en los edificios. Este se construyó en 1942 y si no se revisa periódicamente es un peligro. De todas formas, hay muchos nuevos con los mismos problemas por fallos de construcción. Lo que no es nada frecuente es que pase algo tan gordo tan de golpe; normalmente suele caer polvillo o partículas como advertencia».

A las 11.30, los bomberos retiraron los conos y el tráfico volvió a circular. Entre los viandantes llamaban la atención numerosas redes que cubren las fachadas de muchos otros edificios en riesgo.

Del cierre de Santa Lucía hasta el derrumbe sobre el toldo de un bar en O Ventorrillo

Antes del susto en la plaza de Vigo se produjeron otros similares en diferentes barrios de la ciudad. Uno de los más destacados fue el desprendimiento de cascotes del edificio número 8 de la calle Santa Lucía, en octubre del 2021. El suceso obligó a cortar la vía al tráfico durante 15 meses, lo que provocó protestas vecinales. Los afectados llegaron a hacer una recogida de firmas solicitando al Ayuntamiento la reapertura, pero el riesgo de nuevos incidentes impidió que su petición fuese aceptada hasta que la demolición pudo hacerse realidad.

Más recientemente, el 16 de mayo, se produjo un incidente parecido en el cruce de Alfredo Tella con Agra de Bregua, en el barrio de O Ventorrillo. Pasadas las 10.30 horas se desplomó un gran trozo de material de la fachada del edificio situado encima del bar A Bordo. Por fortuna, cayeron sobre el toldo del local y no hubo que lamentar heridos, aunque a causa del suceso, el local hostelero tuvo que interrumpir su actividad. Al lugar, acudieron agentes de la Policía Local y bomberos, que acordonaron la zona ante el peligro de que más material cayera desde la fachada y alcanzara a algún transeúnte o cliente. Ese mismo mes, los efectivos actuaron en el edificio okupado de la ronda de Nelle 120 por la caída de cristales desde algunas de las ventanas. Antes, en febrero intervinieron en un inmueble en el cruce de Juan Flórez con Pasadizo de Pernas para sanear parte de la fachada del edificio.