Una nueva rotonda simplificará el cruce más complejo de la ciudad

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PÉREZ

La avenida de Finisterre y la ronda de Outeiro se unen en un punto conflictivo en el que falleció esta semana una mujer atropellada

17 oct 2019 . Actualizado a las 10:09 h.

«Esto es una pasada, cada mes hay tres o cuatro accidentes, la doble fila es permanente. Tendrían que solucionar mejor la rotonda porque hay muchos que se cuelan porque no está claro qué se debe hacer, que hagan una rotonda entera como en el pavo real porque esta raqueta no hay quien la entienda». Así habla Pedro Reboredo del cruce entre la ronda de Outeiro y la avenida de Finisterre, un lugar en el que esta semana falleció una mujer atropellada por un autobús interurbano en un paso de peatones.

Reboredo regenta un negocio en la misma rotonda desde el que se percibe el constante trasiego de tráfico. Curiosamente, en el establecimiento de al lado Angelina Pérez tiene otra visión de la siniestralidad: «No suele haber accidentes, pero tráfico sí que hay, y mucho. Y ahora con las cámaras multando a ver cómo vienen los clientes y cómo paran los repartidores», cuenta. En el barrio con mayor densidad de población de la ciudad no hay acuerdo sobre si en ese punto hay muchos o pocos accidentes.

Junto a la rotonda viven dos vecinas que cuentan sus versiones diferentes en la puerta del portal, una sostiene que el cruce no es peligroso, la otra lo contrario: «Lo que pasa es que ya te acostumbras a ver los accidentes y ya ni te das cuenta», relata una de ellas, Alejandra Tomé. 

Plan de mejora

El cruce, en efecto, es de los más complicados que hay en la ciudad, y en ello coincide el gobierno local con la opinión de Pedro Reboredo. Es más, María Pita tiene un proyecto para simplificar y hacer más seguro ese enclave. No será a corto plazo, porque depende de planes sectoriales y también de la Xunta, titular de una de las vías, pero la intención es actuar ahí y mejorar lo que hay. En esencia, se acabará con la glorieta partida y se instalará una tradicional regulada por semáforos con pulsador. La inversión prevista en esa obra es de 1.318.855 euros, si bien no está claro que se puedan incluir en los presupuestos del año que viene porque todavía no está finalizada la tramitación previa.

La intersección entre esas dos calles es una de las que soporta más tráfico de la ciudad. Solo en dirección a A Grela pasan por allí 13.534 vehículos diarios, una media de la que 607 son transportes pesados. En total la cifra es muy superior, pero no hay medidores de aforos en todas las intersecciones. 

Diecinueve carriles

La rotonda partida suma en total 19 de carriles de circulación entre los que llegan de todas partes, los que la circundan y los que la atraviesan. Son doce procedencias de vehículos distintas que organizar en un punto regulado por una docena de semáforos, muchos de ellos con verde para los peatones e intermitente para los coches, un asunto que introduce más incertidumbre.

A esa complejidad se suma el hecho de que para dar la vuelta completa a la rotonda hay que pasar por cuatro semáforos, con una espera de varios minutos y poco espacio para hacer cola. Así, son muchos los que toman atajos no permitidos, a veces sin ser conscientes de ello.

El Ayuntamiento reconoce en el informe que figura en el proyecto que se trata de un lugar complejo y con uno de las mayores concentraciones de tráfico de la ciudad. Es, además, un lugar inhóspito para los peatones, que conviven a diario con el ruido y los humos de miles de coches.

Dos víctimas mortales en lo que va de año en un reguero de atropellos

Al fallecimiento de la mujer arrollada esta semana en el cruce entre la ronda de Outeiro y la avenida de Finisterre, se le suma el de otra mujer que falleció, el pasado julio, atropellada por un camión en otro cruce, el de la avenida de Finisterre con la ronda de Nelle, bajo el viaducto.

La cifra ya dobla la de todo el año pasado, que saldó con una víctima mortal, en Alfonso Molina. Los atropellos son un problema que ha crecido en los últimos años en A Coruña. El año pasado se computaron 131 con 147 heridos, algunos de ellos en pasos de peatones, como el herido en Panaderas el pasado mes de julio. Por la acera en el Birloque transitaba un niño que fue golpeado por el espejo de un bus que se abrió demasiado en la glorieta.

En junio de este año se produjeron otros dos atropellos, uno en la carretera de los Fuertes y el otro en el cruce entre la avenida de Oza y la ronda de Outeiro. Ambos en pasos de peatones.

En el 2017 el número total de atropellos fue de 105, es decir, 26 menos que el año pasado. La siniestralidad en A Coruña, en general, creció el año pasado y la vía de la ciudad que más accidentes registró fue, precisamente, la ronda de Outeiro: fueron 94 frente a los 70 del ejercicio anterior.

El elevado volumen de siniestros de la ronda está vinculado al hecho de que es también la calle más larga de la ciudad con sus 4,6 kilómetros de longitud. Diseñada en 1948 como una suerte de circunvalación, se acabó integrando en la ciudad sin perder su carácter de vía rápida, con anchos que oscilan entre los cuatro y los seis carriles y rectas en las que los coches circulan muchas veces a una velocidad excesiva.

La humanización de esa vía y la implantación de sistemas para calmar el tráfico es uno de los asuntos pendientes del Ayuntamiento coruñés.