Mucho más que temblores

[Ángel Manso]

A CORUÑA CIUDAD

ANGEL MANSO

Todo el mundo lo asocia a los movimientos involuntarios, pero el párkinson se manifiesta con otras señales que es importante identificar para anticipar el tratamiento

26 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Reconocer los síntomas del párkinson

Cada 11 de abril, las asociaciones de enfermos y familiares celebran actos para dar visibilidad al mal del párkinson.

[R. Domínguez] El párkinson, esa enfermedad con la que conviven solo en el área sanitaria de A Coruña alrededor de 1.900 personas, y sus familias, es mucho más que temblar. A pesar de que ese sea precisamente el síntoma más conocido entre la población. Este mal neurodegenerativo, crónico e invalidante, ha vuelto a conmemorar su día mundial advirtiendo que, en apenas un par de décadas, será la enfermedad grave más común de las muchas que amenazan nuestro entorno.

Si las patologías neurológicas son la principal causa de discapacidad, el párkinson es la enfermedad con mayor índice de crecimiento. Su incidencia aumenta con la edad y en sociedades envejecidas como la gallega adquiere especial relevancia. De ahí la insistencia del movimiento asociativo en la necesidad de incrementar recursos dirigidos a la investigación, en la que se depositan todas las esperanzas, y también a una asistencia que agilice los plazos del diagnóstico y, en consecuencia, de un tratamiento que por el momento se centra en reducir la sintomatología y preservar por el mayor tiempo posible la autonomía y calidad de vida del enfermo.

En paralelo, las asociaciones conjugan sus acciones reivindicativas con las campañas informativas y de sensibilización, muchas veces con el apoyo de organizaciones científicas y profesionales interesadas en divulgar conocimientos entre la población general sobre la enfermedad.

Conocer cómo se manifiesta es el primer paso para identificar una alarma y no demorar la visita al especialista. Así además del temblor en reposo, el párkinson acostumbra a dar otras señales, como los movimientos lentos. La depresión es también bastante frecuente entre quienes se ven afectados por un síndrome que el médico inglés que le da nombre describió en 1817 y lo bautizó como Parálisis Agitans. Los síntomas anímicos colaboran todavía más a la confusión en el diagnóstico, así como los trastornos del sueño, presentes en otras muchas enfermedades.

La rigidez o el movimiento en rueda dentada, o el exceso de saliva, por ejemplo, pueden ser otros signos de una patología con la que muchos afectados, además, terminan encorvándose hacia adelante o presentan lo que se denomina cara de póker, hipotonía facial o escasa expresividad. En casos, el enfermo presenta también una caída ligera en el párpado, y la apatía debe tenerse también en cuenta, al igual que la disfagia o dificultad para tragar.

Todas estas señales, además de los temblores involuntarios, pueden venir derivadas del párkinson. Tenerlas en cuenta cuanto antes pueden ayudar a adelantar el tratamiento para reducir esos síntomas y preservar la máxima independencia mientras no llega la esperada cura, que se confía alcanzar a través del desarrollo de la inmunoterapia.

Solo en el área sanitaria de A Coruña hay 1.900 personas afectadas