Los puentes escondidos de Sabón

a. mahía A CORUÑA

ARTEIXO

Puente romano a la vista en el embalse de Rexedoiro, en el polígono de Sabón.
Puente romano a la vista en el embalse de Rexedoiro, en el polígono de Sabón. KOPA

El embalse de Rexedoiro cubre una casa, cuatro molinos y estas cinco infraestructuras que se cree que son medievales y que en su día fueron vitales para los vecinos

12 oct 2020 . Actualizado a las 18:48 h.

Solo los y las que peinan canas saben que bajo las aguas del embalse de Sabón sobreviven cinco puentes de piedra. Bueno, los mayores y María Rozamontes, que fue técnica de normalización lingüística del concello y dejó escrito en el libro Arteixo de onte a hoxe que aparte de esos puentes, hay una casa y cuatro molinos de agua. La documentación que guarda a buen recaudo el Concello de Arteixo contabiliza hasta cinco puentes. Todos anegados y ocultos. Uno de ellos es el conocido como Ponte de Oseiro, que comunicaba la parroquia arteixán con la playa de Sabón, y que desde hace años los vecinos de esta zona reclaman la construcción de una réplica de esta infraestructura que permita no tener que dar toda la vuelta al polígono de Sabón para poder acercarse a la playa.

Además del puente de Oseiro también se esconden bajo estas aguas los denominados Ponte de Tabardón, Ponte das Pedras, Ponte da Pesqueira y Ponte dos Rexedoiros, que da el nombre al embalse y que también hace referencia al ruido que hacía la cascada que existía antes de la construcción del embalse. De hecho, el departamento de Normalización Lingüística de Arteixo explicó en su día, a través de María Rozamontes, que el término de Rexedoiro, procede del latín Rugitoriu, derivado de Rugire. Es decir, rugir, cuyo nombre se debe al ruido de la cascada que existía.

El embalse se construyó a principios de los años 70, coincidiendo con la creación del polígono de Sabón. Tras su construcción, el río se convirtió en presa y los puentes quedaron ocultos bajo las aguas. Alguno de ellos se puede ver cuando con motivo de obras en la presa queda al descubierto su parte superior, como sucedió en febrero del año pasado. De entre todos los puentes ocultos el que tiene mayor valor arquitectónico es el de Oseiro, ya que formaba parte de la vía romana que atravesaba el municipio arteixán. Esta vía romana «saía de Monteagudo e pasaba por Sisalde, tamén por Lañas e pola zona de Figueroa. En Lousado atópase a toponimia Camiño de Calzada que facía referencia a esta vía e que agora está cuberta por asfalto nesa zona. De aí, continuaba pola Ponte de Oseiro que comunicaba xa coa igrexa da parroquia», explican desde el Concello.

Otro de los asuntos que desveló Rozamontes es que durante años se utilizó un topónimo equivocado para el embalse de Sabón. El nombre oficial es Rexedoiro, explicado anteriormente, y no Rosadoiro, un término que carece de base toponímica pero que se ha extendido entre la población. El Concello achaca el error a «un invento de hai anos en que se empezou a colar na documentación probablemente por falta de información toponímica».

El origen del puente de Tabardón no está claro. La arqueóloga Puri Soto, que ha iniciado una investigación sobre este viaducto, señala que «no se puede decir que sea de origen romano» debido a que no aparece mencionada en ninguna documentación. Apunta a que puede ser de la época medieval, ya que por allí discurría la ruta de Bergantiños, entre A Coruña y Fisterra, y que este viaducto formaba parte de este camino. Soto afirma que este es el «puente gemelo» del Ponte dos Brozos, ya ubicado en el río Bolaños. Esta arqueóloga cita las investigaciones de María Rozamontes, antigua técnica de Normalización Lingüística del Concello. En concreto, se refiere al viaje del rey Alfonso IX en 1228 por este camino que transitaba por Arteixo.