Xunta y Ayuntamiento se exigen responsabilidades mutuas, lo que introduce la zona residencial tensionada en un túnel bastante oscuro
06 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Si aprobamos una ley que prohíbe pasar de 120 por hora en las autopistas, pero no disponemos de un régimen sancionador que permita aplicar la norma contra el desaprensivo que circula a 200, ¿qué va a suceder?
Eso es: respuesta sencilla. Pues traslademos ahora el ejemplo a nuestra recién nacida zona de mercado residencial tensionado, en la que se imponen limites estrictos al precio del alquiler, pero en la que se ha dejado sin resolver del todo un pequeño detalle: el régimen sancionador.
Así las cosas, la ley advierte de que será multado el propietario concernido que, de manera flagrante, transgreda los topes establecidos. Pero todo indica que ni la Xunta ni el Ayuntamiento van a asumir esa tarea. Ninguno de los dos dispone de un censo de grandes tenedores de vivienda ni está controlando si los nuevos contratos de arrendamiento cumplen con el precio legal. Por tanto, el especulador, al menos de momento, puede circular por el mercado tensionado de vivienda a la velocidad que desee.
¿La siguiente fase cuál es? Bueno, pues, como era de esperar, Xunta y Ayuntamiento se exigen responsabilidades mutuas, lo que introduce la zona residencial tensionada en un túnel bastante oscuro, pero arroja luz, en cambio, sobre la zona política tensionada en la que nos toca residir.
El resultado, papel mojado. Al menos por ahora. No parece que el Gobierno autonómico vaya a asumir el régimen sancionador de una ley estatal en la que no cree, y tampoco que el Concello pueda permitirse el lujo de un control que requiere unos medios extraordinarios y seguramente inabordables. El juguetito nuevo ha venido sin pilas y nadie tiene intención de ponérselas. De momento, seguirán las tensiones habitacionales.