Uxía, la gallega que Canarias apartó de la docencia por su discapacidad visual, ya es maestra de carrera: «Isto xa tiña que ter pasado hai uns meses, pero o importante é que xa estou nomeada»

Mila Méndez Otero
M. Méndez MIÑO

A CORUÑA

uxia
Cedida

La docente de Miño ha sido nombrada funcionaria del cuerpo de maestros de la comunidad insular tras su lucha por lo que calificó de «discriminación»

11 jun 2025 . Actualizado a las 11:32 h.

Con el fin de curso ya a la vuelta de la esquina, Uxía García Freire (Miño, 1996) se ha despertado este martes con una buena noticia. La que llevaba esperando desde hace meses, cuando aprobó las pruebas para ser maestra en Canarias, la comunidad por la que decidió apostar esta joven profesional de Miño, en A Coruña.

«Xa tiña que ter pasado isto hai uns meses, pero o importante é que xa estou nomeada. Haberá tempo para celebralo agora, en xullo, se Deus quere», responde al teléfono la docente cuya odisea llegó a los medios de comunicación haciendo resonar con su voz y ejemplo la discriminación que todavía persiste en las personas con discapacidad visual

«Darvos as grazas, sen a difusión que tivo, isto non sería posiblemente», destaca Uxía. Este martes su nombre figura en la lista publicada por el Boletín Oficial del Estado (BOE) por la que, a propuesta de la Consejería de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes de la Comunidad Autónoma de Canarias, se nombra personal funcionario de carrera del cuerpo de maestros a las personas seleccionadas en el procedimiento selectivo convocado por orden de 21 de noviembre del 2022.

El caso de Uxía llegó a los medios de comunicación a comienzos de año. La coruñesa, que aprobó las oposiciones en el verano del 2024, fue cesada por su grado de ceguera. «Me dijeron que se me podía caer un niño por la ventana, cuando todas tienen barrotes en el colegio», denunció entonces a La Voz. El Gobierno de las islas alegó entonces que tenía que ser un juez quien tomase la última decisión. 

Fue en el otoño del 2024, y cuando ya estaba ejerciendo en un colegio, cuando el Ejecutivo canario la cesó tras declararla «no apta» por su discapacidad visual del 66 %. Una de las consecuencias de la amaurosis congénita de Leber con la que nació y que pertenece al grupo de las distrofias de la retina. Un condicionante que ya se conocía y había sido comunicado cuando se presentó en junio del 2024 a los exámenes. Ella lo hizo, precisamente, en las plazas reservadas a personas con una discapacidad.

Como consecuencia, tuvo que dejar de dar clases de educación especial en el Colegio de Educación Infantil y Primaria Domínguez Alfonso de La Orotava, en Santa Cruz de Tenerife, a finales de noviembre. A finales de enero, y tras la repercusión que tuvo su caso, con el que se implicó la ONCE, la directora general de personal del Gobierno de las islas le comunicó que podía volver a las aulas. «Me trasladaron que la resolución con la incorporación cautelar», comentó la maestra coruñesa desde Tenerife, a donde se trasladó en agosto del 2024 con su marido y su hijo de dos años. Ahí ya avanzó que iba a seguir luchando por lo que consideraba una situación de «discriminación» ya que le negaban su pleno derecho a ser funcionaria de carrera.

Con plaza en Lanzarote

«Tiña interposto un recurso de alzada, pero ante a presión mediática, a Consejería de Educación citoume e decidiron mandarme a un tribunal médico de novo, neste caso, especializado en adaptación dos postos de traballo. Ese tribunal o que fixo foi dicir que, se tiña esa serie de adaptacións no meu posto de traballo, si que podía levar a cabo as miñas funcións como mestra de pedagoxía terapéutica. Ese informe interno do tribunal médico, que non é a inspección médica, envióuselle á Consellería, que mo enviou a min vía resolución. En base a iso, adaptouse o meu posto de traballo. Despois, tamén resolveron positivamente o levantamento de alzada», detalla Uxía.

«Agora figuro xa nas listaxes con todos os meus compañeiros que aprobaron canda min en xullo do 2024», resalta Uxía, que regresó en febrero al CEIP de La Orotava. Su deseo es seguir aquí, donde tuvo el apoyo «incondicional» del equipo directivo. Si no, toca mudarse a Lanzarote, donde ha obtenido la plaza definitiva.

Ahora, tras reivindicar lo que era justo, Uxía ya puede despedirse de sus alumnos en junio sabiendo que en septiembre toca volver a las aulas, y esta vez sí con todas las garantías que le corresponden tras pasar el proceso selectivo.