La polémica del «Ecce Homo» de A Coruña llega hasta Argentina: «Duele por partida doble, como artista y por maltrato a la obra de un familiar»
A CORUÑA
La restauración de la Virgen del Carmen de A Coruña cruza el charco. Óscar Brocos, escultor y pariente de Isidoro Brocos, se suma a los que piden más cuidado
09 abr 2023 . Actualizado a las 22:19 h.Los Brocos fueron una saga familiar vinculada al arte en Galicia cuyas ramificaciones alcanzaron al propio Luis Seoane, cuyo padre guardaba un lejano parentesco con ellos como probaba su segundo apellido. Los hermanos Isidoro y Modesto, escultor el primero y pintor el segundo, fueron los que alcanzaron más fama, pero el árbol genealógico siguió creciendo. Hoy su vena artística sigue latiendo en Villa Gesell, Argentina, donde vive un tataranieto del tío Juan de ambos hermanos, Óscar Brocos.
Este pintor y escultor descendiente de la familia siempre ha mantenido el contacto con los pocos parientes de la línea directa que fueron quedando. Al corriente de las noticias que surgen de Galicia, su sorpresa no fue poca cuando vio el resultado de la restauración realizada a comienzos de año en la talla de la Virgen del Carmen de la iglesia de San Andrés (A Coruña), esculpida por Isidoro Brocos (1841-1914, Santiago) en 1882, dentro de un conjunto que incluye otras seis piezas, todas en el mismo templo.
«Me duele por parte doble. Como artista y por el maltrato a una importante obra de un familiar», cuenta desde su ciudad, en la provincia de Buenos Aires. Tras la polémica surgida, donde especialistas en arte cuestionaron la reparación de la escultura, que llegó a ser calificada de un nuevo caso de Ecce Homo, Óscar Brocos se suma a los que piden más cuidado a la hora de abordar obras de estas características. La imagen reapareció con una nueva colorimetría. Se trata de la talla de uno de los escultores más importantes de Galicia a comienzos del siglo XX.
«Hay visiblemente un cambio muy profundo de tonos, más allá de haber pasado 140 años de su realización. No pudo haberse modificado tanto el color. No hay que tener en cuenta solo esta obra, también las realizadas por artistas de esa época e incluso anteriores, y cuyos colores siguen en muy buen estado. Si se intentó recuperar el color primitivo pintándola con pinturas actuales, no se logró. Al repintarla se modificó el original», detalla.
«Quien realizó la actuación, visiblemente, desencaminó el propósito. Recuperar su estado original habría sido limpiarle los hollines y, con productos de restauración, lograr su esplendor», añade Brocos. A la hora de abordar piezas artísticas como esta, el proceso incluye mantener informado y solicitar permiso a Patrimonio. El objetivo, salvaguardar el patrimonio artístico gallego de actuaciones que, aun siendo bienintencionadas, pueden resultar irreversibles.
La respuesta de Patrimonio
La noticia saltó tras la denuncia que presentó ante Patrimonio el divulgador y arquitecto Alberto Fuentes Valcárcel. De momento, indica este, desde la oficina del departamento dependiente de la Xunta solo le han respondido que han «iniciado unhas dilixencias informativas previas co obxecto de determinar con carácter preliminar si concorren circunstancias que xustifiquen a iniciación dun procedemento sancionador».
En el caso de las siete tallas esculpidas por Isidoro Brocos y financiadas por Eusebio da Guarda y Modesta Goicouría a finales del XIX para decorar el templo castrense, Óscar destaca que «son obras de mucho valor patrimonial e histórico, que quizás aquel que está a cargo desconoce su valor en el acerbo artístico, más allá del religioso. Es importante para todas las instituciones y organismos donde se encuentran piezas de artistas reconocidos o no que se recurra a especialistas en restauración». Preservarlas íntegras, como las ejecutó su hacedor, «es lo más importante y loable para quien las posea», opina el escultor.
En un viaje en el 2016 Óscar Brocos pudo ver en directo las obras de su familiar, incluidas las siete estatuas de San Andrés, consideradas una de sus obras maestras. «Fue emocionante ver las imágenes personalmente en la iglesia, como las que se encuentran en el Museo de Belas Artes», recuerda. Su favorita es una pieza pequeña y elocuente: Aquí, aquí (la pulga).
Óscar pone un ejemplo de lo contrario, del buen hacer. «Cuando estuve en la catedral de Santiago le pedí al sacristán ver el cuadro de Modesto Las tradiciones del apóstol Santiago en Galicia, realizado en óleo sobre tabla y que fue restaurado. Está perfecto, como lo pintó Modesto».
Para finalizar, expresa un deseo: «En abril se cumplen 182 años del nacimiento de Isidoro Brocos, qué importante sería devolverle su impronta a la imagen maltratada».