Alberto Fuentes-Valcárcel, arquitecto y divulgador: «Espero que gracias a la denuncia no le suceda lo mismo a otra talla de Brocos»
CULTURA
El templo de A Coruña donde se hizo la polémica intervención que recuerda al caso del «Ecce Homo» tiene más piezas del escultor
05 feb 2023 . Actualizado a las 08:48 h.Isidoro Brocos (1841-1914) es uno de los escultores gallegos más representativos de su época. En A Coruña, donde desarrolló gran parte de su trabajo, dio clases al hijo uno de sus compañeros. Aquel niño se llamaba Pablo Ruiz y hoy es para todos Picasso. Un día, uno de los matrimonios más acaudalados de la ciudad le encargó siete esculturas para su iglesia mausoleo, el templo castrense de San Andrés. La sorpresa fue mayúscula para el arquitecto y divulgador Alberto Fuentes-Valcárcel este mes de enero.
Una de las piezas de la colección, de las pocas de Brocos expuestas al público junto con la del Museo de Belas Artes, había sido alterada. De aquel aspecto de reina que le confirió en 1882, la Virgen del Carmen parece ahora más una novicia. Desde la Capitanía de A Coruña, de quien depende el templo, insisten en que la restauración «no está aún acabada» y que nada se hizo con «mala fe».
-Desde el templo también insisten en que se han limitado a limpiar y recuperar el aspecto original de la escultura, a la que le sacaron cuatro capas de pintura, entre ellas, un producto que se utilizaba para las paredes.
-Eso tendrán que determinarlo los técnicos de Patrimonio, donde presenté la denuncia. En todo caso, si observamos las piezas de Brocos expuestas en Belas Artes, las otras que están en la iglesia y lo que nos cuenta la bibliografía, vemos que la policromía es distinta ahora. Me temo que ha sufrido un repintado integral. Si se han eliminado los barnices y la pintura de debajo, si se ha quitado todo, el destrozo probablemente es irreversible.
-Al ver las fotos del antes y el después, hay quien especula que son dos tallas distintas.
-Sí es cierto que da la sensación de que han hecho una nueva, pero son la misma.
-Habló de un nuevo caso de «Ecce Homo».
-No es la primera vez que nos encontramos un caso como este. Los hubo muy sonados, como el de Borja, y recientemente tuvimos el de la virgen de Chamorro, en Ferrol, pero existen muchos más que no conocemos. Antes de intervenir en piezas así de nuestro patrimonio, hay que hacer un estudio de lo que necesita la obra, especificar qué se va a hacer y presentar el informe ante Patrimonio. La actuación debe hacerla un equipo de restauración homologado.
-¿Pueden las parroquias asumir el coste de estas restauraciones?
-Depende de la parroquia y de qué gastos prioricen. En todo caso, se supone que las dirigen personas cultas, los párrocos tienen formación. También hay que destacar los ejemplos donde las restauraciones se hacen de forma correcta, como en la Orden Tercera de A Coruña.
-¿Qué parte de culpa tiene Patrimonio? ¿Debería vigilar mejor?
-Pasa como en todos los estamentos, faltan técnicos e inspectores y los que se encargan de esa inspección diaria son muchas veces los ciudadanos, que se pueden encontrar con el problema cuando ya es muy tarde.
-¿Es inabarcable el patrimonio que contienen las iglesias gallegas?
-Tendría que existir un historial de todo el patrimonio que tiene la Iglesia. A principios del siglo XIX, la mayoría de las diócesis pidieron a sus párrocos un historial de las piezas de mayor valor. Un catálogo que se utilizó tanto para vender, robar o restaurar obras. La diócesis de Santiago, que hoy tiene su propia comisión de restauración, mostró lo mejor de su colección en la exposición regional de 1909. Si entonces se podía, creo que ahora también.
-¿Le preocupa el destino de las otras seis tallas de Brocos?
-Sé que por parte de feligreses que hay la preocupación. Esperamos que, gracias a la denuncia que acabamos de presentar, se frene esta corriente modificatoria, que no le suceda lo mismo a otra talla de Brocos, que se divulgue su figura y se proteja en general nuestro patrimonio artístico. Que seamos conscientes de su valor.