Una jornada de fiesta contenida

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Ángel Manso

Sin jóvenes reservando parcelas, Orzán y Riazor vivieron un día tranquilo

24 jun 2021 . Actualizado a las 14:01 h.

Cada 23 de junio, a primera hora de la mañana, las playas se convertían en un hervidero. Muchos jóvenes madrugaban para coger sitio en los arenales y parcelar la zona en la que iban a disfrutar de la noche más corta del año. El Ayuntamiento también repartía la madera que se podía quemar en las hogueras, para evitar, de esa forma, que en los rescoldos quedaran perdidas puntas, clavos o cualquier material cortante. Además, en los últimos años se prohibía llevar botellas de cristal. Pero ayer, 23 de junio, reinaba la calma en el Orzán y Riazor, epicentros del San Xoán coruñés.

Aunque con un poco de viento norte, el sol brilló, y al mediodía se llegó hasta los 19 grados, así que algunos coruñeses aprovecharon que no había gente en los arenales para tomar el sol. Mónica Amor, que vive en la plaza de Pontevedra, explicaba que era un lujo poder disfrutar de esta jornada sin aglomeraciones. «Siempre me gustó bajar a ver el ambiente, pero desde el paseo, y nunca salté una hoguera.. Y este año, si no hay hogueras, evitamos suciedad, aglomeraciones y olores».

ANGEL MANSO

Luis Souto también va a correr a la playa de Riazor siempre que el trabajo se lo permite. Y como ayer el día era tranquilo y soleado decía: «Es una suerte». Aunque reconocía que echaba de menos el trajín y la alegría que desde primera hora de la mañana siempre hay en los arenales. «Está bien que no se hagan las hogueras por la pandemia, pero me gusta mucho el San Xoán en Riazor». Como alternativa, tenía previsto acudir a la sardiñada y churrascada de su barrio, en O Peruleiro. «Hay que disfrutar pero siendo prudente, aunque sea sin hogueras», decía.

Donde sí hubo ambiente desde primera hora fue en los mercados. Y la sardina, por supuesto, fue la reina. La pescadera de la plaza de Lugo Beatriz Sánchez aseguraba que este año están «muy baratas y, además, muy ricas». Y decía que fue toda una sorpresa llegar a la lonja «y ver tanta sardina, porque había mucha, y a buen precio». Recuerda que otros años de escasez, hubo codazos en la subasta para hacerse con los mejores lotes. «La llegamos a vender a 12 y 20 euros el kilo. Pero este año hay sardinas para todos los bolsillos», comentó. En un puesto próximo, un cliente compraba ocho kilos de sardinas para hacer una fiesta en la finca con toda la familia y amigos. «Seremos sobre 25 personas, espero que llegue», dijo.

De hecho, fueron muchos los que aprovecharon para desplazarse a los concellos de la comarca, lo que provocó, toda la tarde, retenciones de tráfico en el puente de A Pasaxe, agravados por las obras del Sol y Mar.

Y mientras las horas pasaban, algunos hosteleros iban sacando las parrillas a la calle. Carmen Bugallo Varela, que lleva 42 años regentando el bar Olímpico en la calle de la Torre, compró 70 kilos de sardinas. «Aunque no vamos a hacer fiesta ni nada. De hecho, iba a actuar mi hija, que es cantante, pero ante la posibilidad de que se junte mucha gente al final no lo vamos a hacer», explicaba. «Tiene que ser así, divertirse pero sin riesgos», añadía.

Ángel Manso

Sobre las dos de la tarde ya había instalado las parrillas en la Travesía de la Gaiteira, Vanesa Docampo, responsable del bar El Club Galicia Gaiteira. Tenían previsto asar 45 kilos de churrasco, 20 de sardinas, acompañado con pimientos de Padrón y 150 chorizos criollos. «Las expectativas son altas, a ver cómo responde la gente. Si hubiera reservado tendría completo». Ella obtuvo la concesión del local hace dos años y, para agradecer la fidelidad regalarán a sus clientes una camiseta. «Es un detalle por haber estado ahí, cuando estuvimos medio cerrados y con las limitaciones que tuvimos y aún tenemos», dijo.

También por la mañana comenzaron los pasacalles por distintos puntos de A Coruña. En Monte Alto estuvo el grupo Muskrat Ramblers, con sonidos de jazz tradicional. Por la tarde, hicieron la ronda por la zona de la Falperra. Quizás más espectacular fue el pasacalles Draco, del grupo Troula. Juan González explicaba que los dragones eran de estructura de aluminio y uno de ellos, el más pequeño, pesaba 50 kilos. Los dragones lanza fuego estuvieron también por la tarde en la zona de Cuatro Caminos.

Actividadesen los barrio y el frenesí por las flores de San Xoán

El ambiente festivo se trasladó este año de las playas a las calles. Así, el Ayuntamiento organizó en seis barrios de la ciudad talleres de manualidades con aforo máximo de nueve niños. Cristina, Antía y Laura, las monitoras que ayer estaban en la plaza de Pontevedra, explicaban que el objetivo es que los niños participen más en las fiestas, no solo en las hogueras.

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Sin el típico ir y venir de grupos de jóvenes hacia las playas, el frenesí este año se notó en las floristerías, con gente ávida por conseguir un ramo de San Xoán. En un puesto de mercado de San Agustín prepararon ayer 400 ramos a 3,5 euros cada uno.

Zaida Busto Rodríguez, que en octubre cogió el relevo a la antigua concesionaria del puesto Floristería María, en la plaza de Lugo, está abrumada con la demanda y encargos que recibió. «Se puede decir que este es mi primer San Xoán haciendo ramos. Ya empezamos a venderlos el martes y hoy (por ayer) comenzó a venir gente en cuanto abrimos, a las 8.45 horas». A las 10.00 horas ya había vendido unos 80 ramos». Zaida comentaba que tenía ramos por 3,50 euros, con las siete hierbas de San Juan, y otro por 5 euros algo más completo.

Al margen de las tiendas, ayer hubo en todas las esquinas de la ciudad gente vendiendo ramos de San Xoán. Entre los más caros, unos por siete euros que había en la confluencia de la calle Real con Riego de Agua.