En la terraza, ¿quién da la vez?

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

Ángel Manso

Con qué poco xeito arrancamos el primer fin de semana de sol en esto del terraceo

04 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Uy, uy, uy, qué mal empezamos. Con qué poco xeito arrancamos el primer fin de semana de sol en esto del terraceo. No hemos estado finos los coruñeses en esta desbocada manera de apretujarnos en cualquier explanada con un poquito de abrigo para tomarnos el vermú. Se nos ha visto muy novatos, todo hay que decirlo, y no será por la poca costumbre que tenemos de salir a la calle en busca de ese rinconcito que nos alegre el día. Pero nos hemos pasado de frenada porque, bien mirado, tampoco se ha puesto nada de orden en este furor por ser el primero en pillar una sillita. Se nota, desde luego, que esto no es Benidorm, ni el centro de Lisboa ni ninguna de las ciudades turísticas que se nos ocurra, porque poco negocio hacemos con un sistema en el que ni se reserva la mesa al sol, ni se rota la mesa al sol, ni se pone orden a la hora de coger la mesa al sol. Con perdón, pero el sábado los coruñeses parecíamos pardillos en esas colas en la Marina, en esa fila desordenada, la mayoría esperaba a hincarle el diente al comensal que hacía las delicias de saborear su caña una vez que había pillado bien su sitio. Así la cosa mal va. No digo yo, claro, que a una la echen nada más sentarse a comer, solo faltaría, pero tampoco es agradable darle un sorbito a la cerveza y ver a toda a esa recua de personas enfilándote como si hubieras cometido un crimen. El orden del terraceo ya está inventado, lo saben aquellos que mueven a cientos y cientos de clientes cada verano en cualquier zona de veraneo en donde no hay esta locura del quién da la vez. En plena campaña para que todos nos hagamos con el código QR de un local para comer, no estaría de más que el hostelero organizase el cotarro para darle salida a más clientela y más negocio. En tiempos de covid ir a salto de mata no parece la mejor solución.