El cuento de Navidad de Florencio

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

FLORENCIO FERNANDEZ.
FLORENCIO FERNANDEZ. CESAR QUIAN

Su final es triste, bonito y emocionante. Todo a la vez, como los finales de los mejores relatos del romanticismo

09 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Es tan navideña, tan entrañable y tan redonda esta historia, que parece sacada de una novela de Charles Dickens o de una película de Frank Capra, pero sucedió aquí, en una residencia de mayores de Oleiros. Su final es triste, bonito y emocionante. Todo a la vez, como los finales de los mejores relatos del romanticismo, porque la historia de Florencio Fernández, que contó Toni Silva en La Voz de Galicia, es sobre todo una gran historia romántica.

El mundo cambió para Florencio, de 92 años, cuando Montserrat Matarán, el amor de su vida ¡durante seis decenios!, tuvo que ingresar en una residencia a causa de una demencia irreversible. No solo la visitaba allí cada día, sino que pasaba la jornada con ella. Era su marido, su compañero inseparable y su enfermero. Dedicó todas las horas de su tiempo a cuidarla, hasta que en San Valentín del 2020 el covid cerró las puertas de la residencia. Prohibidas las visitas, Florencio creyó enloquecer. Contaba los días que pasaba sin verla y su existencia encontró un único objetivo: ingresar también en el geriátrico para volver a estar al lado de Montserrat y poder atenderla. «Donde está ella tengo que estar yo, ¿me comprendes?», le explicaba al periodista el verano pasado, con el corazón en un puño por no poder besarla ni acariciarla.

Florencio volvió a ser feliz cuando alcanzó su meta: en agosto logró plaza en la residencia y recuperó el cariño de su mujer y el sentido de su existencia, cuidar de ella. El 26 de diciembre fallecía en ese centro, donde florece aún el amor de su vida. Era el «hasta pronto» de un hombre pleno que se marcha con una sonrisa en los labios y una sobredosis de amor en el alma, dejando detrás un legado atemporal.