Ya hay plazo para constituir la sociedad participada por la UDC, el Ayuntamiento y la Diputación, y empezar la segunda fase del complejo
20 dic 2020 . Actualizado a las 08:43 h.«¿Qué pasa si no llegamos a tiempo a la revolución digital? Contesto con otra pregunta: ¿Qué les pasó a las regiones que llegaron tarde a la industrialización? Si llegas tarde dependes de la propiedad intelectual de otros, pierdes tejido industrial, dejas de ser competitivo frente a los que sí han llegado a tiempo, y dejas de innovar. Sería como decidir que no necesitamos la máquina de vapor o que da igual si no llegamos a la imprenta. La revolución digital es una evolución de la industrial. Y Galicia está muy bien posicionada. En las reuniones en Europa no tengo que explicar que somos punteros», afirma Lucía Castro, gerente de Datalife, uno de los hub de innovación digital seleccionados por la Axencia Galega de Innovación para impulsar, en su caso, la inteligencia artificial y la analítica de datos en las pymes biotecnológicas, del sector primario y de la salud.
En ese caldo de vanguardia se forja la Cidade das TIC. «En España yo no conozco nada así. El más parecido está en Estocolmo y tiene 800 firmas y muchos centros tecnológicos», apunta el presidente del clúster, Antonio Rodríguez del Corral. «No es un parque empresarial, no es un campus de innovación. Lo es todo. Centro de demostración, sede de empresas, pymes, grandes, lanzaderas, incubadoras de spin-off, centros tecnológicos, centros de investigación. Un polo de atracción absolutamente transversal y vertebrador que va a irradiar a todo el sector tecnológico gallego», afirma el rector, Julio Abalde. Y cierra el conselleiro de Economía: «Ese é o elemento diferenciador, que é unha infraestrutura aberta a calquera que queira utilizar estas tecnoloxías, peme ou autónomo», recalca Francisco Conde. Las instituciones, públicas o privadas, cierran filas en torno al proyecto impulsado por la Universidade da Coruña. Los vecinos observan y esperan. En los próximos días, UDC, Ayuntamiento y Diputación firmarán el convenio puente que les permitirá constituir en junio la sociedad gestora que se hará responsable de la nueva Pedralonga.
Financiación
Corredor Santiago-Bruselas. La UDC no tiene deuda pero a duras penas puede pagar su gasto corriente. El macroproyecto de las TIC nace gracias a una subvención del Igape de 4,82 millones de euros con los que se afrontará esta primavera la rehabilitación del que será el buque insignia del complejo, un viejo almacén en desuso [en la foto que ilustra esta información] que se transformará en ultimísimo escaparate y centro de demostración para empresas de toda Galicia de las más avanzadas tecnologías de la información y la comunicación. La ayuda del Igape ya planeaba sobre el horizonte durante las conversaciones que el rector y portavoces del sector mantuvieron en julio del 2018 para resolver la acuciante falta de espacio que arrastraban las empresas. Entonces la Cidade das TIC no llegaba ni a embrión.
Treinta meses después, aspira con posibilidades a una porción decisiva de los astronómicos fondos de recuperación europeos Next Generation. De salir adelante la propuesta que la Xunta ha enviado al Gobierno de Pedro Sánchez para participar en la primera convocatoria del programa, la fábrica de armas podría recibir 55 millones de euros. «Soy muy optimista respecto a que una parte importante de la financiación incluida en las líneas estratégicas tractoras de la Xunta se consiga, pero los Next Generation también permiten solicitudes parciales de proyectos de eficiencia energética, rehabilitación o digitalización, e intentaremos aprovechar todas esas convocatorias», avanza el rector, Julio Abalde.
Los tiempos
Del papel al laurel. A Coruña lleva dos años oyendo hablar de la Cidade das TIC desde el claustro de diciembre del 2018 en el que Abalde informó a la universidad del plan que se traía entre manos para crear un complejo tecnológico, empresarial y de investigación al más alto nivel en la fábrica de armas. Dentro de tres meses, además de oír, la ciudad podrá ver algo. En marzo, el arranque de la obra del primer edificio, proyectada y dirigida por el arquitecto Carlos Pita, sacudirá el recinto ensimismado y desierto de Pedralonga. Antes, en enero, el Clúster TIC publicará la convocatoria con los precios para que las empresas reserven espacio y para poder lanzar la campaña de captación de firmas foráneas que el sector pretende atraer a Pedralonga, al 50 % con las pymes locales. Y en junio se constituirá la sociedad gestora y comenzarán los trámites para levantar tres de los pabellones destinados a parque empresarial. A mediados del 2022, según el rector, en los tejados de las naves florecerán los laureles.
La avanzadilla
Investigar y mostrar. Flexible, respetuoso con su arquitectura y pasado militar, de madera y aluminio en el interior y alto rendimiento energético, el Centro de Servizos Avanzados que empezará a construirse a principios de primavera en una nave esquinada al sur del recinto será un edificio polivalente que reunirá varios usos de los que en el futuro se extenderán al resto de naves. Cuatro laboratorios de investigación en inteligencia artificial, multimedia, computación cuántica y dispositivos inteligentes, el centro de demostración en el que se podrá palpar la realidad de las cosas, una zona flexible de coworking y espacios para cuatro o cinco empresas con una media de 50 trabajadores cada una convertirán el lugar en un hervidero de conocimiento en el 2022.
Los vecinos
«El entorno existe». El anuncio de creación de la Cidade das TIC y el acuerdo con el Ministerio de Defensa para la cesión de los terrenos movió a los colectivos vecinales que los rodean a unirse en una plataforma que sigue atenta al desarrollo del proyecto y alerta del riesgo de desconexión del medio que trae aparejado. «Non o poden soltar aquí como se fose un ovni, a contorna existe», subraya Mónica Díaz, de la asociación de Eirís. Los vecinos agruparon sus demandas en seis puntos que dejan al descubierto más allá de la coyuntura las necesidades de los barrios: instalaciones sociales y culturales con una biblioteca en primer lugar, mejoras de la movilidad y el transporte público, recuperación del apeadero de tren en A Pasaxe, espacios verdes (Carlos Pita proyecta un gran parque al oeste de la fábrica), instalaciones deportivas -«no hay ninguna en los barrios limítrofes», apunta Pedro López-Sors, presidente del Crat, que utiliza un local de la parte baja del recinto-, y rechazo tajante a las expropiaciones. «Solicitamos estar presentes en los grupos de trabajo y en las reuniones -insiste Álvaro Pérez Sancho, portavoz de la plataforma-. Antes los propósitos eran suficientes, pero ahora es necesaria más concreción».
