El presidente del Clúster TIC analiza los desafíos y las oportunidades que brinda el sector de las tecnologías para el desarrollo económico
20 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Finaliza 2020, que comenzó como un año de incertidumbres y tornó en tragedia social y económica. Es obligado, antes de cualquier mirada al futuro, recordar a todos los que nos han dejado inesperadamente, más de 70.000 personas en España, y a todos los que sufren penalidades económicas tanto por la pandemia como por nuestra respuesta a ella. Nuestro recuerdo a todos.
El mundo no vive otra transformación más sino que está inmerso en una transformación constante. Las enormes sumas de dinero acumuladas durante un siglo de capitalismo junto con las nuevas posibilidades tecnológicas hacen que sea posible imaginar todo tipo de nuevas empresas, productos y servicios, aunque requieran inversiones astronómicas para su desarrollo y una década o más de maduración. Lo viejo debe renovarse y funcionar de otra forma, y hacerlo rápidamente, ya que al mismo tiempo nuevas ideas vienen prestas a destruirlo.
La clave de todos estos cambios está en la industria del software. Y, por ahora, el software es una labor creativa diseñada, ejecutada e implantada por personas. Por muchos productos que existan ya listos para usar, en el software la clave siguen siendo las personas.
Y es por todo esto que el sector de las TIC es el de más crecimiento de empleo a nivel mundial, con grandes números de puestos vacantes en Europa y en España. Una grandísima oportunidad para nuestra sociedad que tantos problemas tiene para ocupar a los jóvenes. La Ciudad de las TIC es pues la herramienta del momento y debe seguir recibiendo, como hasta ahora, todos los apoyos necesarios para que la visión se haga realidad. De forma modélica están colaborando Ayuntamiento, Xunta de Galicia, Diputación, universidad y empresa en este gran proyecto.
En Galicia contamos con todos los mimbres: una nueva y ambiciosa Estrategia Digital de Galicia 2030, nuevos Digital Innovation Hubs que agrupan a la demanda, numerosas empresas TIC de todo tipo y brillantes centros tecnológicos. Ya no es la década del hormigón o del asfalto. Es la década de la Galicia innovadora y digital.
