¿Quién quiere luces de Navidad?

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

ANGEL MANSO

No alcanzo a entender la importancia de decorarnos este año con esas luces que más que iluminar, hieren

05 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Sé que abro un melón, pero me parece que el debate debe estar sobre la mesa, porque no está la cosa para muchas fiestas. Estamos viendo todos los días que nos tenemos que aislar, nos piden que prácticamente nos quedemos entre cuatro paredes, que marquemos la distancia, nos cercan con cierres perimetrales, pero no sé por qué razón que se me escapa, el objetivo es salvar la Navidad. Hay un juego de palabras por ahí, que corre por las redes, en que tachan la n y la v de este término y las cambian por las más esenciales en este momento: la s de salud y la n de necesidad. La Sanidad, y no la Navidad, es lo que debería comprometer todas nuestras energías en un año estremecedor y agotador, en el que sinceramente lo digo: no estamos para fiestas. Y soy la primera que las echa de menos, porque no entro en el grupo de los que huyen de esta época del año y no dejaría jamás pendiente una juerga por nada del mundo. Me gustan las luces, me gusta salir a pasear con los niños en Navidad, me gusta ir a cenar con mis amigos y ver todos los restaurantes petados, me encanta el exceso de los regalos y ese apurón de última hora en el que la tarjeta de crédito echa humo. Dicho esto, de verdad que no alcanzo a entender la importancia de decorarnos este año con esas luces que más que iluminar, hieren. Es como ponerle brillo a un velatorio. Hay algo irreal en ese fulgor que, en lugar de inclinarnos al misterio maravilloso de la emoción, perturba y daña. Yo lo veo así. Entiendo que por alguna calle principal de Coruña, si quieren un par de zonas de compras, se anime un pelín la cosa, pero el resto por lo que a mí respecta se lo pueden gastar este año en cosas mucho más importantes como las que todos estamos pensando. Me sobran las luces en plena pandemia y me sobra la fiesta. Sobrevivir a la Navidad ya es bastante.