¡Nos bio-invaden!

Loreto Silvoso
LORETO SILVOSO A CORUÑA

A CORUÑA

CEDIDA

Nos atacan por tierra, mar y aire. Más allá de virus y orcas, nuestro ecosistema está en peligro por la invasión de plumachos, velutinas o escarabajos picudos

26 oct 2020 . Actualizado a las 09:54 h.

Es un desastre medioambiental que avanza a pasos de gigante. Así describen los expertos la amenaza de las especies exóticas invasoras en la comarca coruñesa. Más allá de coronavirus y orcas, nuestro ecosistema está en peligro por la invasión de plumachos, uñas de gato, velutinas, escarabajos picudos y un catálogo de especies invasoras que parece no tener fin. No solo desplazan la flora y la fauna autóctonas, sino que resultan dañinas para la biodiversidad local.

Son animales y plantas «extranjeros» que ponen en peligro la biodiversidad de nuestro hábitat. Algunas llevan varias décadas de presencia en la zona y otras son unas recién llegadas, pero igual de perjudiciales para el funcionamiento de nuestro ecosistema.

La última advertencia de los ecologistas resuena en el concello de Oleiros y no son precisamente los plumachos. Se trata de la Helichrysum petiolare, cuyo nombre vulgar es siempre viva o planta regaliz. «Es una especie invasora que se está comiendo todo el entorno del faro de Mera y la costa de Dexo», manifiesta Santiago Vázquez, vicepresidente del grupo naturalista Hábitat. En el espacio natural protegido prolifera esta especie a la que nadie parece prestar atención. Y la cuestión es que lleva entre nosotros desde hace bastante tiempo pero sigue expandiéndose a pasos agigantados sin que se tomen decisiones drásticas que podrían cerrarle el paso. «De hecho, ya la tenemos en el monte de San Pedro y en la torre de Hércules, en A Coruña», advierte Vázquez. Al igual que la uña de gato (también muy presente por desgracia en los campos de la Torre herculina), esta planta procede de Sudáfrica. Son como unos pequeños arbustos de porte rastrero que no superan el medio metro de altura y se benefician de terrenos alterados por los incendios o los desbroces. Si afinas la vista y te colocas frente al faro de Mera, verás una mancha de color blanquecino y gris claro a su alrededor. Eso es la Helichrysum petiolare.

Es un problema que va a más y, al igual que la hierba de la Pampa, llegó a Galicia como planta ornamental en el sector de la jardinería. «La siempreviva aguanta muy bien, tiene un color verde azulado y echa una flor amarillita».

Los jarrones de plumachos

Es lo mismo que pasó con los plumachos. En un principio, fue un tema estético. Los gestores de la AP-9 querían hacer una pantalla visual y a partir de ahí, se fue expandiendo de manera natural, porque a la gente le gustaba colocar los plumachos en los jarrones, así que se fueron repartiendo por todo el territorio.

«Nadie hace nada o se hace muy poco. Algún desbroce mal hecho y la planta rebrota de nuevo»

La cuestión es que, como ocurre ahora con la avispa asiática, una vez introducida en el territorio empieza a apoderarse de todo», aclara el portavoz de la entidad medioambiental. ¿Cuál es el peligro? El de todas las invasoras: que desplazan la vegetación autóctona. Pero el problema principal es que, detrás de esa flora local se pierde toda la biodiversidad asociada, léanse las mariposas, las aves, los insectos y todo el ecosistema que va detrás. «Y nadie hace nada o se hace muy poco. Algún desbroce mal hecho y la planta rebrota de nuevo», explica el representante de Hábitat...

«Lo que hace falta es una coordinación de todo: que los ciudadanos conozcan estas plantas y no las planten en sus jardines; que las entidades ambientales hagamos un poco más si cabe (que ya hacemos bastante); y que las administraciones públicas se coordinan, léase concello, Xunta, Estado y Europa.

MARCOS MÍGUEZ

Todos a una contra la uña de gato

A base de riñones y voluntarios. Así es como las entidades medioambientales están liberando el entorno de la torre de Hércules de la Carpobrotus edulis, otra especie invasora conocida como uña de gato y que está muy presente en el área coruñesa. En el caso del grupo Hábitat, «estamos quitando toneladas de esta planta, pero queda muchísimo por hacer aún», explica Santiago Vázquez, su vicepresidente. «Llevamos años trabajando en ello», añade, al igual que los plumachos. Planes de sensibilización, campañas de concienciación... Numerosos concellos de la comarca (sobre todo Oleiros) se han tomado como prioridad la necesidad de evitar la proliferación de la hierba de la Pampa, conocida popularmente como plumacho, dado el grave riesgo que esta supone para la flora autóctona. La Cortaderia Selloana salpica cunetas, fincas particulares y espacios públicos por doquier. El gobierno local oleirense ha declarado la guerra a esta especie invasora, cuya expansión parece estar ya descontrolada. La cuestión es que los plumachos ya forman parte del paisaje natural de Galicia. Los ecologistas denuncian una falta de coordinación para combatir la especie. Cuando uno se enfrenta a especies invasoras, como no vayan todas las administraciones coordinadas, no se consiguen resultados objetivos.

Multas para particulares

Así lo cree Santiago Vázquez, para quien hay que poner encima de la mesa numerosos recursos económicos y el todos a una: «¿Qué hacemos con quitar los plumachos de un solar si luego no se eliminan de los solares que están al lado?. Cuando se hace algo, hay que llevarlo a cabo de manera coordinada para que el gasto sea efectivo. Aquí lo que hace falta es un trabajo conjunto».

«Usted dígale al concello de turno que cada particular que tiene un plumacho en su finca lo tiene que quitar o si no le sanciona»

Además, el naturalista recuerda que, si un particular tiene en su finca invasoras, la ley le obliga (bajo sanción) a quitarlas. «Pero esto no se aplica. Usted dígale al concello de turno que cada particular que tiene un plumacho en su finca lo tiene que quitar o si no le sanciona. Eso no lo hacen, porque, al final, si en los espacios públicos hay plumachos, ¿cómo le vas a exigir a un particular que quite sus invasoras?».

La plaga de los buxos, los limoneros y las palmeras

Pobres arbolitos. Una oruga invasora está devastando los setos y ejemplares de boj (buxo) de nuestros pazos históricos y jardines. Asociada a los cultivos, la Cydalima perspectalis llegó hace casi tres años a Galicia procedente del Extremo Oriente y se ha adaptado a la perfección al clima gallego.

A este drama medioambiental hay que sumar la plaga de los cítricos. Nuestros naranjos, limoneros y mandarinos no han vuelto a ser los mismos desde que llegó de África un pequeño insecto llamado Trioza Erytreae. Y qué decir del picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus). Tras introducirse en España por las palmeras de los campos de golf del Mediterráneo, importado de Egipto, la plaga del escarabajo picudo ha puesto en jaque ejemplares milenarios como las palmeras de los jardines de Méndez Núñez, en A Coruña. Aunque los técnicos municipales están intentando controlar al bicho a base de tratamientos, ya ha habido que talar alguno de estos emblemáticos árboles del centro de la ciudad herculina. El insecto, voraz y letal, ya arrasó gran parte de las palmeras de Pontevedra. Ojo con el tema.

Cuarenta plumeros retirados en Betanzos, alguno de 800 kilos

A lo largo de su trayectoria, la Fundación Fragas do Mandeo ha logrado eliminar el eucalipto y restaurar el bosque autóctono en terrenos que suman un total de diez hectáreas, además de realizar limpiezas en los ríos y combatir más de treinta especies exóticas invasoras por la zona. La entidad ha conseguido ponerse al cuidado de 26 hectáreas de terreno cuando se cumplen diez años de su creación.

Por otra parte, el proyecto Life Fluvial se encuentra en la actualidad realizando la eliminación de flora invasora en el margen izquierdo del corredor fluvioestuarino de la ría de Betanzos, dentro de terrenos del municipio de Bergondo, con la finalidad de la restauración de los hábitats naturales en dicho enclave. En la primera fase de los trabajos se han retirado 41 individuos de grandes dimensiones de plumero de la pampa. Alguno de los mismos superaba los 800 kg de peso.