Los okupas de Perillo abandonan las viviendas por mandamiento judicial

Emiliano Mouzo OLEIROS

A CORUÑA

El desalojo, supervisado por varios miembros de la Guardia Civil de Oleiros, transcurrió de manera pacífica

21 ago 2020 . Actualizado a las 16:47 h.

El pasado 26 de junio, sobre las 17.00 horas, dos parejas, con dos menores, reventaron la puerta de una vivienda de Perillo, al lado de A Pasaxe, en el término municipal de Oleiros, accedieron a su interior y desde ese día residieron en ella.

A pesar de que los propietarios se percataron de la ocupación al momento y llamaron a la Guardia Civil y a la Policía Local oleirense, los agentes no pudieron desalojarlos ya que con ellos estaban dos menores.

Días después, esas dos parejas, que son familia, junto con los niños accedieron a otra casa anexa de la misma propiedad.

Los dueños presentaron la correspondiente denuncia, no solo por el allanamiento, sino también porque las casas están en ruinas «y era un gravísimo problema de seguridad», explica Nuria, una de las propietarias.

Un juzgado de A Coruña dictaminó que los okupas debían desalojar las viviendas, y les daba de plazo hasta las once de la mañana de este viernes. «Pero ayer -por este jueves- ya empezaron a llevarse cosas, enseres», indicó Nuria. Esta mañana, y con la presencia de la Guardia Civil y de los propietarios, terminaron de retirar todas sus pertenencias. 

El desalojo se efectuó de manera pacífica y entre los aplausos de varios vecinos que se desplazaron hasta el lugar. Solo hubo algunos gritos por parte de una de las mujeres desalojadas. «Estáis denunciados. Esto es una ilegalidad, desgraciados. No podéis echar fuera a unos menores», les espetó.

Uno de los okupas, Jorge, de 63 años, aseguró que se iban para «A Coruña, para la casa de mi hermana».  Manifestó que no le duele dejar las casas, «porque sabía que no eran nuestras». Sí mostró su enfado porque supuestamente los dueños y los vecinos «nos llamaron traficantes de drogas y dijeron que somos agresivos, cuando no somos nada de eso».

Jorge también indicó que le preocupa la situación de la familia, sobre todo por sus nietas, «una de 7 años y epiléptica, y otra de 11con asma». También dice que no tien ingresos, «solo los 400 euros que cobra mi hijo por las niñas», subrayó,

Sobre las 11.15 horas concluyó el desalojo. Fue el momento en el que uno de los agentes de la Guardia Civil acompañó a los propietarios al interior de las viviendas.

El estado de las casas «es dantesco», manifestó Nuria. Con sorpresa se preguntó «¿cómo era posible vivir así?». Y es que en todas las estancias de las viviendas había una gran acumulación de basura, ropa y colchones y enseres tirados por el suelo.

Los propietarios aprovecharon para agradecer su actuación de la Guardia Civil y de la Policía Local, y también a los vecinos «por su apoyo», y al juez «por resolver la situación de manera tan diligente y rápida».