El Ayuntamiento cobra los recibos de su principal tributo, que ha subido un 3 % tras actualizarse el valor de las propiedades
09 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Al propietario de un pequeño piso de la calle Alcalde Abella, que el año pasado pagó 146,38 euros por el IBI, este año el Ayuntamiento le ha cargado en cuenta 150,77 euros por el mismo tributo. La dueña de un apartamento en General Gutiérrez Mellado, en Monte Alto, ha pagado 308,43 euros por el impuesto, cuando hace un año abonó 299,44 euros. Son los efectos de la actualización de valores catastrales ejecutada en el 2019, que ha supuesto un aumento del 3 % en los recibos del tributo, el más lucrativo para las arcas locales.
La subida se ha reflejado en las domiciliaciones del impuesto que el Ayuntamiento cobró el pasado día 6. Los ciudadanos que no utilicen ese sistema podrán abonarlo de forma voluntaria hasta el 13 de octubre.
La actualización, apodada «catastrazo» por los partidos de la oposición, llevó al gobierno local a elevar a 62 millones la previsión de ingresos por el IBI en el 2020. Son casi 1,8 millones más que hace un año, y la cantidad más alta de la historia municipal.
El «catastrazo» reavivó el choque político sobre el tributo, que se produce de forma intermitente desde el 2015. Por aquel entonces, superado lo peor de la crisis, el Gobierno central autorizó bajadas en el impuesto. En otras ciudades como Ferrol o Santiago se aprobaron reducciones, pero en A Coruña, donde también gobernaba una de las Mareas, se mantuvo la subida obligada por el Ejecutivo central con el fin de evitar el rescate del país. Tanto la Marea como el BNG defendieron que se mantuviese para impulsar los servicios públicos. El PP reclamó una bajada para facilitar el consumo de las familias. La postura del PSOE varió a lo largo del mandato, y en algunos ejercicios planteó una bajada, aunque menor que la del PP.
Al llegar al gobierno, los socialistas optaron por mantener el impuesto, de acuerdo con Marea y BNG. La subida se conoció después, y fue muy criticada por los populares y por la Marea, que aseguró que se les había ocultado esa información -aunque ya se sabía que la recaudación iba a subir-. El edil de Facenda, José Manuel Lage, rechazó esas críticas y recordó que la actualización de los valores catastrales estaba pendiente desde el 2010, y los anteriores gobiernos locales tenían que haberla ejecutado. Incluso sin esa subida, los coruñeses ya eran los gallegos que más pagaban por el IBI. La media del año pasado rozó los 246 euros por vecino, y este año se situará en torno a los 253.
El impuesto de actividades económicas y las tasas se pagarán desde septiembre
El período de pago voluntario del IBI terminará el 13 de octubre. A esas alturas ya se habrán abierto los plazos para abonar el resto de los tributos municipales. Quedan en el calendario el impuesto de actividades económicas (IAE) y las tasas de cementerios, tratamiento de residuos, entrada de vehículos y ocupación del espacio público con aparatos distribuidores. Los ciudadanos podrán abonarlos de forma voluntaria del 14 de septiembre al 4 de diciembre. Las domiciliaciones se pasarán el 5 de noviembre.
El calendario fiscal de este ejercicio es extraordinario. El gobierno local retrasó el cobro de todos los impuestos y tasas municipales, con el fin de paliar las consecuencias de la crisis desencadenada por el coronavirus.
Fue la propia alcaldesa, Inés Rey, la que anunció en marzo los cambios en el calendario, que antes fueron comunicados a los portavoces de los grupos.
Todos ellos mostraron su respaldo a la decisión del gobierno local, que también ordenó a Emalcsa evitar los cortes de agua durante el confinamiento, anular el cobro de la tasa de terrazas o dejar de cobrar la tarifa de las escuelas infantiles, entre otras medidas de carácter económico y laboral.