2020, ¿un año caótico en el clima?

Xavier Fonseca Blanco
XAVIER FONSECA REDACCIÓN / LA VOZ

A CORUÑA

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Los científicos están muy preocupados por las intensas anomalías térmicas positivas

27 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En lo que llevamos del 2020 la meteorología no ha registrado grandes anomalías y eventos extremos. Lo más destacable quizás han sido las altas temperaturas que se registraron en el verano austral en la península antártica y en Australia. La tranquilidad en el hemisferio norte podría terminar a medida que avanza la primavera.

Los científicos están muy preocupados por las intensas anomalías térmicas positivas (valores por encima de la media) que hay en los océanos Pacífico, Índico y Atlántico. A falta de un mes para que empieza la temporada de huracanes las aguas del Atlántico tropical ya están más cálidas de lo habitual. Si se intensifica este calentamiento oceánico puede convertirse en una auténtica máquina de crear tormentas tropicales. Si en este escenario aumentan la probabilidad de que se formen ciclones y huracanes, también que algunos de esos gigantes de la atmósfera ascienda hacia el norte y puedan aproximarse a la Península.

La palabra huracán tiene su origen en el lenguaje de los nativos de la zona del Caribe que llamaban de esta forma al dios del viento. Por otra parte el término tifón es una alteración de la expresión china Typhoon que significa viento fuerte. La única diferencia que existe entre ambos fenómenos es geográfica, uno afecta al Atlántico y el otro al Pacífico. En lo demás son absolutamente idénticos. El próximo 1 de junio arranca oficialmente la temporada de ciclones en el Atlántico. Para que se formen las tormentas tropicales son necesarias unas determinadas condiciones, sobre todo en lo referente a la temperatura del agua, que debe superar los 26 grados. Las tormentas tropicales que llegan como huracanes al Caribe surgen en las aguas de Cabo Verde. El proceso comienza con una ligera perturbación del aire que sale del continente africano y llega al océano empujada por los vientos alisios, que soplan del este al oeste. En la región tropical del Atlántico, el agua caliente alimenta la perturbación hasta convertirla en una tormenta. En ese primer estado, la criatura atmosférica es muy delicada y cualquier imprevisto puede inhibir su formación.

Algunas instituciones científicas como la Universidad estadounidense de Colorado, un referencia en el estudio de los ciclones tropicales, están ya recogiendo en sus previsiones estacionales los posibles efectos de las aguas tan cálidas. Según esta universidad la temporada ciclónica en el vecino océano será más activa que otros años. Los científicos del departamento meteorológico aseguran que se formarán al menos ocho huracanes y que cuatro de ellos serán mayores, es decir de categoría 3 o superior.