«En cinco años habrá un bum de adicciones por el juego "on-line"»

R. DOMÍNGUEZ A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

La directora de la unidad de adicciones reclama mayor control del sector de apuestas

02 oct 2019 . Actualizado a las 18:21 h.

Inés Queijeiro (A Coruña, 1962) es médica en el centro de salud de Matogrande y hace 27 años que empezó a trabajar con el equipo que dirige desde hace 9, la Unidad de Tratamiento de Alcohol y Conductas Adictivas «legales», apunta. Formada en psicoterapia, es también máster en alcoholismo, una de las dependencias que, junto con el tabaco y el juego, ven y tratan en Utaca.

-¿Quién acude a ustedes?

-Uff! El perfil es variado, todo lo que uno se pueda imaginar. Estamos integrados funcionalmente en el Sergas y unos nos llegan derivados de psiquiatría, otros por servicios sociales, de cualquier centro, de la cárcel, de familia... Hay gente derivada por el juez, otra que le recomienda el abogado que venga para reducir penas. O por el médico de cabecera, el de digestivo, medicina interna…. Hay todos los perfiles habidos y por haber, con patología médica, psiquiátrica, o por el área social. Algunos vienen empujados por la familia y los menos, a iniciativa propia.

-¿Qué pesa más?

-Últimamente cobra más importancia el tema social. Cuando hay posibles perceptores de pensiones con un problema de alcohol, a lo mejor un requisito es que vengan aquí, sigan un tratamiento o que ingresen en una institución. Si hay una adicción y tienen hijos menores, igual... Otras veces, para concederles una vivienda tienen que estar desintoxicados, depende de los requisitos que les pongan.

-¿Es lo más frecuente?

-No, pero sí que cada vez cobra mayor peso la problemática social. Aumenta a velocidad vertiginosa, en progresión geométrica. Son sintechos, personas adictas sin trabajo, con economía precaria, o con delitos de tráfico por alcoholemia, por violencia de género asociada a la adicción.

-¿En qué medida condiciona la actividad de la unidad?

-Cada año vemos entre 1.000 y 1.200 pacientes, historias distintas, que generan unas 6.000 consultas. De esas, a lo mejor me quedo corta si digo que un 40 % o la mitad son problemáticas sociales..

-¿No era así antes?

-No. Antes la adicción era más un problema médico, biológico y psiquiátrico. Ahora, lo que más destaca es la problemática económica, incluso más que la legal. Personas con economía precaria, en la calle, posibles perceptores de una Risga o pensión que la condición que les ponen es dejar de beber. Son reticentes, vienen por la ganancia secundaria, por obtener un beneficio social o legal. Lo más complicado es que tomen conciencia. Hay que hacer mucha motivación.

-Eran un centro de ex-alcohólicos. ¿Y las nuevas adicciones?

-El juego está aumentando la demanda. Suponemos que en cinco años veremos un bum por el juego on line. Por ahora hay poca captación, el problema es realmente detectarlas. Es una modalidad en la que se juega en solitario y está en los jóvenes, más camuflada. En las ludopatías el grueso de la problemática sigue estando en las tragaperras, porque uno se hace adicto a la ganancia inmediata. Esta es más frecuente entre los 35 y los 55 años, pero en el juego on line estamos viendo a chicos de 18-20. A veces vienen los padres a preguntar... va a ser un problema importante y la patología va en paralelo a la proliferación de centros de apuestas.

-¿Algún consejo?

-A los padres que intenten hablar más con sus hijos, que en la medida de lo posible hagan un hueco. Cuando hay comunicación, la información acaba saliendo. Y después trataría de fomentar actividades de ocio conjuntas, de la familia. En Finlandia, con programas específicos han conseguido reducir el problema.

«Antes la adicción era más un problema médico, ahora lo que más crece es la problemática social»

«No puedes aislar a un niño de la tecnología, pero sí limitar el acceso»

El centro de Utaca ya percibe la dependencia alcohólica entre jóvenes. «Sí, se nota. Hay muchos críos a edades tempranas, a partir de los 16, que están metidos en toda la vorágine del botellón. Ellos te dicen que por la semana no, pero cuando salen el fin de semana beben hasta caer», explica la directora médica del centro.

-¿Qué les espera?

-Hay que ponerlos a tratamiento. A lo mejor solo psicológico, pero en casos también médico si tienen rasgos como impulsividad marcada, inmadurez… Como despuntan en la adolescencia o al inicio de la edad adulta, a veces hay que trabajar otras cosas, la personalidad, su área social...

-¿Qué haría con el botellón?

-Trabajarlo de forma indirecta. Prohibir… no sé. Aumentar el control en la venta de alcohol a menores es fundamental, y trataría de fomentar ocio alternativo. Aumentar el abanico para entretenerse. Porque a un joven le digas que no debe beber, no va a dejar de hacerlo. La mente no entiende un no, pero si lo distraes… probablemente se entretenga y se sienta lleno haciendo a otras cosas. Si no, va a lo más fácil, a la rutina de salir y beber. Fomentaría el ocio con actividades al alcance de todos. Aquí tenemos muchas: cocina, teatro, informática, idiomas.. Se enganchan, interaccionan entre ellos y la evolución y el pronóstico es positivo.

-¿Y con las apuestas ‘on line’?

-Aunque es difícil, hay medidas más prohibitivas. Tú no puedes aislar a un niño de la tecnología, pero tendría que haber herramientas técnicas que dificultasen el acceso, lo limitasen. Hay que regularlo. Si va el botellón puedes decirle ‘vete a jugar al baloncesto’, pero la tecnología no la puedes prohibir. En las apuestas te metes tú solo, falsificas la identidad... El juego on line es un arma muy potente y todos somos sugestionables por la publicidad, sobre todo si además lo hacen personajes relevantes. Me parece muy peligroso y eso no lo controla nadie. Están sugestionando a personas muy vulnerables. Habría que regularlo también.