Los futbolistas se reúnen a menudo en una finca de Cambre
25 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Manuel Grande lleva toda una vida dedicado al fútbol. Y ahora, con 79 años (y todavía jugando) sigue en ello: su finca de Cambre es testigo de cómo 32 compañeros se reúnen para comer, charlar y disfrutar. «Algunos jugamos en el Fabril en el año 62», comenta, «antes yo había jugado también en el Viveiro, y Neira, exdeportivista, fue nuestro entrenador». El objetivo no es otro que «volver a vivir esa sensación de marcar y celebrar un gol entre amigos», comenta Grande, y recuerda a algunos compañeros de campo que, «desgraciadamente, ya no están con nosotros». El grupo de veteranos, que abarca desde los 60 hasta los 80 años, cuenta con reputados nombres del mundo futbolístico entre sus líneas, como Carlos Torres, coruñés que militó en las filas del Espanyol, o Manolete, exfutbolista y técnico del Deportivo y actual presidente en el club Cuatro Caminos. «Al final es una forma más de mirar de nuevo atrás y rejuvenecer», comenta Manuel, «cuando éramos jóvenes, viajábamos juntos prácticamente cada domingo, y eso crea un vínculo familiar irremplazable». Las comidas en su finca son todo un acto institucional del deporte. «Comenzamos a reunirnos en restaurantes, pero esto es mucho más personal e íntimo», añade. Y como Manuel dice, «mucho mejor», pues todo es poco para rememorar batallas, rendir homenaje a los que ya no están y disfrutar de todo lo bueno del deporte. Como alguien dijo alguna vez tras un resultado victorioso, «juego para ser feliz, no para ganar nada».